martes, 29 de marzo de 2016

DESEO CREER (poema)


DESEO CREER

 

Hoy más que nunca deseo creer,

necesito pensar que todo es posible.

 

Deseo imaginar que no

te van a faltar las fuerzas

cuando la última batalla se tercie,

que lucharas como nunca,

aunque sea sólo por mí, por tu Niña.

 

¡No vuelvas a decirme que lo acepte!

La ley de vida no va conmigo,

no cuando alguien como tú

se debate entre esa vida

que no deseo que pierdas

y esa muerte que te llama

hoy con tanta insistencia a tu puerta.

 

¡No puedes faltarme!

Te lo prohíbo.

Eres el último resquicio

de amor puro

que habita en mi mundo.

¡Tú no puedes fallarme!

No puedes, no podría con ello.

 

Deseo confiar, deseo concentrarme

esperando que todo saldrá bien

 aunque todo juegue en nuestra contra.

Deseo entender, necesito saber

que todo quedará en un susto.

Deseo pensar, anhelo percibir

que serás siempre inmortal,

que nada podrá arrebatarte

jamás de mi vera.

 

Ahora que no tengo fuerzas

para aceptar lo que ha de llegar,

cuando ni siquiera puedo

verte sin romper a llorar,

ahora más que nunca necesito

creer que vas a salir de esta.

¡No puedes morirte abuelo! Ahora no.

No ha llegado aún tu hora.

 

 

lunes, 21 de marzo de 2016

PRIMAVERA, HAZME MUJER (poema)


PRIMAVERA, HAZME MUJER


Domingo, 20 de marzo de 2016

 

Primavera, a ti galopas

entre mi escote floreciente

y la hermosura de mis muslos

que asoman tras esta corta falda,

adéntrate de nuevo en mí.

Baña mis entrañas con el sol,

con el agua, con la lluvia

fina y pura, con ese olor

a tierra nuevo y renovado.

Viértete sobre mi recatada estampa.

Libérate para siempre

de las cadenas del invierno

y poséeme por entero.

 

Primavera, tú que bañas

con tu fulgor la sangre nunca sosegada

de los que dormitaron en el frío,

galopa sin medida ahora,

haciéndola hervir aún con más brío.

Dales las ganas del tiempo pasado,

de los años de oscuridad

sumisamente callados,

dales alas para renovarse

una vez más desde el fuego.

 

Primavera, no busques

mariposas blancas para mí.

Mis deseos no los controla

el decoro de sueños del ayer.

No busques tampoco

azucenas níveas, ni camelias cándidas,

ni margaritas inmaculadas para regalarme.

¡No deseo su pureza! Me cansé ya de ella.

Dame escarlatas amapolas,

encarnadas rosas con largo tallo,

carmesíes y lascivas dalias.

Dame el rojo intenso

de la sangre alterada

del calor que va contigo

siempre de la mano.

Regálame el vigor de cien

mil jóvenes machos,

su desgarrada inquietud,

si arrebatada lujuria.

Hazme renacer de la muerte

de estar viva pero muerta,

de dormitar en un lecho

que emana silencio manso.

Hazme volver a mí.

Tu que eres capaz de hacer

nacer de la nada la savia,

tú que causas estragos

entre las más delicadas

flores virginales,

tú que eres la dueña

de la fuerza irrefrenable

de la existencia,

conviérteme en la

que nunca fui

para vivir esa vida

que nunca tuve.

Hazme hembra,

hazme fuego,

hazme tuya.

 

Primavera, hazme mujer

para poder sentirme viva.

 

sábado, 19 de marzo de 2016

HUELE A CIRIO, A FERVOR, A LLANTO (poema)


HUELE A CIRIO, A FERVOR, A LLANTO

 

Viernes, 18 de marzo de 2016

 

Huele a cirio,

a fervor, a llanto.

 

Huele a madrugada,

a manto bordado,

a mantilla de luto.

 

Huele a hijo herido,

a sufrimiento callado,

a dolor materno.

 

Huele a amor infinito,

a noche callada,

a golpe de aviso,

a calle abarrotada.

 

Huele a plegaria íntima,

a lagrima de sangre,

a muerte injusta,

a perdón eterno.

 

Huele a tradición,

a altar florecido,

a cruz de madera,

a lanza hiriente.

 

Huele a tormento,

a incienso mortecino,

a juramento del silencio,

a pasión de Cristo.

 

Huele a campanillas del viático,

a golpear de hachones contra el suelo,

a jueves Santo, a ‘Madrugá’.

 

Huele a Triana,

a Cristo de los Gitanos,

a corona de espinas,

a saetas desde los balcones.

 

Huele a cofradía,

a nazareno,

a tambores y cornetas.

 

Huele a pregón,

a procesión,

a vela prendida,

a iglesia engalanada.

 

Huele a Monte del Calvario,

a mortaja, a entierro, a Resurrección.

 

Huele a Semana Santa.

viernes, 18 de marzo de 2016

VOY CONTRA EL VIENTO (poema)


VOY CONTRA EL VIENTO

 

Jueves, 17 de marzo de 2016

 

Voy contra el viento

tras tu cuerpo que se

aleja de mí por momentos.

 

‘¡Detente!’  Te grito.

Lo escucho a voces

en mi cabeza mientras

avanzas y avanzas

sin mirar nunca atrás.

 

Mi corazón no puede hacer

galopar la sangre con más fuerza.

Llora mientras intenta

mantenerme viva para

seguir corriendo tras de ti.

 

No avances te lo suplico.

¡No puedo más!

No siento las piernas, ni los brazos,…

no siento ni me aliento.

 

¿Qué está pasando?

Me quedo sin vida

para seguir tras de ti.

¿No te das cuenta?

Me estoy muriendo.

 

Ni de esto te has dado cuenta.

Mientras te alejas para siempre,

Mí cuerpo de mujer se rinde

en manos de la muerte

por la esperanza

perdida de tú amor.

 

¡Adiós para siempre! Adiós.

 

martes, 15 de marzo de 2016

EL ACCIDENTE DE COCHE




Martes, 15 de marzo de 2016

 

No sé si os habéis dado cuenta de la forma que tiene de conducir la gente. Da igual si son hombres o mujeres, van como locos, como si llegaran tarde a cualquier lado.

 

Hoy el accidente ha sido contra una persona, dos personas muy importantes para mi sobretodo el niño de nueve años que ha quedado conmocionando del shock. Volvían a casa como cada día por unas carreteras de curvas. Durante más de diez kilómetros de carretera, es obligatorio que no se exceda los cincuenta kilómetros por hora. Los que se preocupan por los demás, como este caso, siguen la normativa. Pero aquellos o aquellas que se creen inmortales, cogen esas curvas en forma de herradura algunas, como si no les importara nada su vida ni las del resto ya que a ciertas velocidades, uno acaba invadiendo el carril contrario.

 

Eso es lo que ha pasado hoy. Un coche ha invadido el carril contrario y lejos de poder controlar su velocidad para poder evitar el choque, ha envestido el coche que iba por el otro carril dejándolo para el arrastre. Por suerte, los cinturones de seguridad les han evitado un daño mayor. Ahora sólo hay que esperar que se les pase el susto, los nervios y sobretodo, que le arreglen lo antes posible el coche o que al menos le pongan uno de sustitución cosa que no pinta muy bien.

 

A la otra persona le daba igual como ha quedado su vehículo. Tenía otro para el día siguiente (o eso le ha dicho al que le ha llamado al móvil que ha cogido mientras rellenaban el parte de accidente). Pero aquel que circulaba de forma correcta, a la velocidad adecuada, siguiendo todas las precauciones que solicita el tener un coche entre manos y llevar vidas dentro de él, se ha quedado tirada en mitad de la carretera, bajo la lluvia. Además, se quedará sin medio de transporte porque no llega el trasporte público donde viven.

 

Para lo que podía haber pasado francamente no ha sido nada. Pero lo realmente horrible es que día tras día, hay personajes, personajillos y verdaderos estúpidos, que conducen como si fueran los dueños de la carretera, como si ellos sólo tuvieran coche. Es por eso que coches, motos y ciclistas sufren las consecuencias de estos tipejos que van como de perdonavidas por la vida, haciendo más mal que bien, y en algunos casos, hasta causando unas muertes que no deberían haber pasado nunca.

 

Seamos todos conscientes de una cosa: la vida es un ratito y todos formamos parte de este mundo donde un error puede destrozar más de una familia por siempre jamás.

 

MORALEJA: Confucio dijo: “El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor”. Ojalá sirva de algo el gravar esta frase en alguna retina a fuego. ¡Sé consiente! No cometas un error mayor.

LO MEJOR DE TI



 

Lunes, 14 de marzo de 2016

 

Todos pensamos que cada día damos lo mejor de nosotros mismo. Yo también lo pienso pero hay veces que me planteo… ¿Seguro que este es ese día que estaba dando lo mejor de si?

 

Como hoy por ejemplo. Al entrar en uno de los baños de la empresa en el que no había entrado hasta ahora (es que hay varios pues somos muchas), un cubículo más estrecho y escaso como donde trabajo cada día, he encontrado algo realmente sorprenderte: un gran armario empotrado (más grande incluso que mi cubículo que me ha dado ganas de meterme dentro de él con mi mesa, mi ordenador, mi papelera, mi cajonera, mis estanterías de plástico azul, mis papeles, mi bote de bolígrafos para sentirme ampliamente cómoda). Mas lejos de empezar a mover muebles de oficina de acá para allá, la frase de dar lo mejor de mí, se me ha colado dentro de la cabeza. ¿Qué estaría esperando el hombre que se le ocurrió hacer un armario empotrado más que el baño dentro de uno de ellos? Además de ser un lugar raro para poner un armario empotrado, lo mejor de todo, es el uso tan bueno que se le da: dentro… NO HAY ABSOLUTAMENTE NADA. Ni tampones en plan de urgencia, ni compresas para lo mismo, ni papel higiénico, ni siquiera un bote de lejía por casualidad. ¡¡¡NADA!!! Todo un espacio enorme, dentro de un espacio minúsculo, que no se aprovecha para nada. Ni de almacén, ni de oficina, ni de cuarto auxiliar, ni siquiera para hacer entrevistas. ¡Nada! Dentro no hay más que un armario vació.

 

Pero luego, la segunda visita al baño, ha sido aun peor. ¿Y si a alguien le daba por meterse dentro para darte un susto? No es uno de los mejores momentos para gastar una broma, y menos cuando una mujer está en esos días del mes en los que más que hablar grita, más que ser un remanso de paz muerde, más que reírse por la broma, es capaz de meter a su compañera dentro y tapiar ese agujero en la pared en menos de dos minutos por siempre jamás. ¡Nadie lo sabría! Día tras día, sin que nadie recordara ese agujero en la pared de un hombre, que en un momento de inspiración máxima, colocó en un mini baño de oficina, sólo para que una mujer con la regla, se vengara de la becaria que se metió dentro del mismo en el peor momento para darte un susto.

 

Y es lo que tenemos las mujeres: honestas, dulces, tiernas, femeninas,… Pero en los momentos menstruales… ¡¡¡ANIMALES CON GANAS DE SANGRE (lo siento Victoria,… alguien tenía que pagar los platos rotos)!!!

 

MORALEJA: Charles Dickens dijo: “Hay hombres que parecen tener sólo una idea y es una lástima que sea equivocada”.

 


 

domingo, 13 de marzo de 2016

APRENDER A LLEVAR TACONES


 

Sábado, 12 de marzo de 2016

 

Desde que somos niñas queremos ponernos los zapatos de tacón de mama. Nos calzamos en nuestros pequeños pies unos tacones que arrastramos, que nos hacen sentir altas a cada paso y aunque con poca maestría, nos hace sentirnos mayores durante un instante.

 

Supongo que esa coquetería empieza a esa tierna edad de dos o tres años (en otras mucho más tarde). En mi caso, no fui consciente del poder de unos zapatos de tacón hasta cumplir los treinta. Bueno, el mundo de los tacones tampoco me lo puso tampoco fácil pues al calzar un 42 de pie y el hecho de ser más alta que las mujeres normales que conocía (que llegaban como mucho al metro sesenta y cinco y a las que sacaba doce centímetros desde los catorce años), hizo que ese tipo de calzado estuviera lejos de mi alcance siempre.

 

Es más, al ser una mujer a la que le gustaba el deporte, que jugaba a baloncesto y voleyball, entrenaba, hacía gimnasia para aumentar la elasticidad, ejercicios para saltar mejor el potro, para poder mejorar los ejercicios de suelo, durante toda la semana, mi forma de vestir era siempre con ropa de deporte o entrenamiento donde la zapatilla de deporte era mi gran aliada.

 

Con el tiempo fui la única que quedó de las “veteranas” por así decirlo (tener 16 y ser llamada veterana, me causaba alguna risa que otra). Y es que a medida que las chicas se hacía mujeres, yo seguí siendo una jugadora, una pieza que no evolucionaba en un mundo donde la feminidad se regía por unas tablas muy bien estructuradas: cuanto más alto el tacón, más femenina era la mujer y por lo tanto, a los ojos de los chicos/hombres, más bella.

 

Tengo que reconocer que cuando comprobé el poder de unos tacones, al vestirlo, parecía más un hombre disfrazado en carnaval de mujer que una mujer por sí misma. Aquella torpeza al caminar, aquel no saber si aquello aguantaría mi andar, me hacía caminar insegura, muy, muy, muy insegura. ¡No es buena la inseguridad cuando una lleva zapatos de tacón! Hace que aquella fémina pierda todo su encanto y se convierta más en una mal imitación de una hembra hecha y derecha.

 

Aunque con el tiempo fui ganando seguridad y los diseñadores empezaron a confiar en mi talla para elaborar zapatos de tal medida, aprendí que no es lo mismo aprender a los doce o los trece años a llevar tacones que a los treinta. Todas ellas ya han asimilado ese arte del bamboleo, del contoneo diestro de las caderas al son de un caminar que parece más un arte de seducción en sí misma. Ellas ya llevan más de quince años aprendiéndolo y yo, pese a ser una alumna más que aplicada, necesito invertir mucho tiempo para poder alcanzar ese grado de sabiduría femenina que aporta es estar sobre unos tacones de doce centímetros seduciendo y sin caerse a la vez.

 

¡No voy a rendirme! Eso jamás. Pero soy sensata: ¡¡¡ME FALTA MUCHO POR APRENDER!!!

 

MORALEJA: William Shakespeare, (1564-1616) escritor británico, dijo: “La mujer es un manjar digno de dioses, cuando no lo cocina el diablo”.