jueves, 19 de marzo de 2015

PARA LOS TERRORISTAS, TODOS LOS DÍAS SON BUENOS





Hoy, en Túnez a primera hora de la mañana, tres supuestos yihadistas vestidos con uniformes militares intentaron asaltar la sede del Parlamento de Túnez y, tras un tiroteo, se refugiaron con rehenes en el vecino museo del Bardo.

El balance, por desgracia no definitivo hasta ahora, cuenta con treinta y dos heridos y veintidós muertos de los cuales, una veintena eran turistas.

En los últimos años, se ha sufrido un repunte de la actividad yihadista en esta zona. Decenas de guardias nacionales han muerto o han sido heridos por combates contra los islamistas.

Muchos son los que apuntan que esto es debido a un precario sistema educativo, unido al alto índice de paro y la falta de esperanzas en una sociedad atrapada por la crisis económica han hecho, además, que las tesis de los radicales islámicos hayan comenzado a calar en una nación conocida tradicionalmente por su modernidad y laicismo.

Como podéis leer, los síntomas no son muy distintos de los que sufre nuestro país en este momento. Muchas son las familias que han tenido que pegar una patada en la puerta y meterse a vivir de ocupas para no perder a sus hijos. Muchas son las familias a las que la pobreza era una desconocida se han convertido en una compañera mucho más que molesta sobretodo cuando en el día a día no hay nada para llevarse a la boca.

Entonces… ¿Por qué aquí no se sucede este “ataque terrorista” contra todo y todos? Los muertos y los heridos del atentado de hoy en Túnez eran de distintas nacionalidades (española, italiana, polaca, alemana, colombiana, brasileña, sudafricana,…). ¿Por qué en España no nos alzamos con esa furia que no parece tener fin? La situación es muy difícil para todos. Muchos a los que la falta de recursos le superó al llegar la crisis se quitaron su vida, se suicidaron. Otros optaron por el camino de la calle. Pero pese a que la angustia y el sufrimiento por no tener nada, no ha llevado a crear un grupo terrorista para acabar con todo y con todos porque sí.

Los españoles no son ni más buenos, ni mejores, ni más sensato que el resto de seres humanos de la tierra. Pero por desgracia, saben lo que es el terrorismo, saben lo que es un atentado. Por desgracia, saben lo que es perder a seres queridos por culpa de terror causado por personas con una mentalidad subdesarrollada. Por desgracia, tenemos nombres y apellidos que han perecido en el intento de que todos podamos vivir en paz sin buscar nunca ninguna guerra.

Hace mucho que nos pusieron en el punto de mira. Aún nos cuestionamos porque a nosotros. Si hay que culpar a alguien de estas muertes, de las de hoy, de las del pasado, de las que por desgracia van a llegar por mucho que tratemos de evitarlo, sin duda no es la gente de a pie con una vida normal y corriente. Si hay un culpable, no hay que buscarlo en el transeúnte que sale de su casa a ganarse la vida, ni en el pobre trabajador que cansado se toma unos días de vacaciones para olvidarse de la horrible realidad que se vive en nuestro país (nunca la de nuestros dirigentes que esa es otra España QUE NO EXISTE Y QUE JAMÁS EXISTIRÁ mientras ellos y personajes como ellos, están en el poder). Si hay un culpable, no seré yo el que lo indique con el dedo acusador para que vayan a por él con todo su arsenal militar. ¡No! El único culpable cuando alguien decide matar, asesinar, atentar contra una vida, es el que carga el arma en su hombro y dispara.

La vida es muy corta para perderla por motivos tan sin sentido. La lucha tiene que ser interna para llegar a ser mejores para con nosotros y con el resto del mundo. Si uno se pasa buscando toda su vida al enemigo, cuando el espejo de la realidad se lo ponga delante suyo, no va a saber identificarlo pues nunca hubo culpable, sólo personas que no debieron morir así.

MORALEJA: Umberto Eco dijo: “El fin del terrorismo no es solamente matar ciegamente, sino lanzar un mensaje para desestabilizar al enemigo”.

martes, 17 de marzo de 2015

EL CULO YA NO ES CULO



De veras que hay a veces que… la inteligencia humana se supera pero a la contra. En una noticia leída hoy de esas sobre que les gusta a los hombres más de una mujer, unos estudiosos muy eruditos y bien formados (no podría ser de otra forma… ¿Verdad? Han corroborado que los hombres no se sienten atraídos por unos labios carnosos, ni por unos pechos exuberantes, ni unos ojos felonamente intensos, ni un trasero voluptuosamente perfecto. ¡Para nada! ¿Sabéis lo que les gusta a los hombres según dicho estudio? Ni os lo imagináis pero… ¡¡¡LA CURBATURA DE NUESTRA ESPALDA!!! Sí mujeres, sí. Nosotros pensando que nos miraban el culo al pasar pero no… nos comían con los ojos la curbatura de nuestra espalda.

La investigación, publicada en la revista Evolution and Human Behaviour y realizada por la Universidad de Bilkent, en Turquía, consistió en realizar un cuestionario realizado a 300 hombres.

En concreto, los científicos determinaron que cuanto mayor era la curvatura de la columna de la mujer mayor era la atracción que sentían los hombres. Para ser más exactos cifraron el ángulo de atracción máxima en 45 grados.

Este ángulo no solo es excitante para el hombre, sino que supone una ventaja a la hora de tener hijos para la mujer. Cuanto más curvada sea, mayor facilidad tendrá la mujer a la hora de dar a luz.

En serio, como mujer, no sé como sentirme a la luz de estos nuevos datos. Antes si alguien te miraba el trasero le llamabas “¡Grosero!”, (pues normalmente no se conformaban sólo con mirar sino que lanzaban algún sonido de admiración a veces en forma de piropo) si lo pillabas en esa acción, pero por dentro te decías a ti misma: “Aún estoy buena” pues nos guste o no, el echo de sabernos admiradas nos gusta y nos potencia el ego como a todo hijo de vecino. Sin embargo, eso de que te admiren la curbatura lumbar no le sube tanto el ego a una. Además… ¿No se solía decir que donde la espalda pierde el nombre adquiere el nombre cariñoso de culo?

Si los avances científicos le han quitado al culo el don de ser un buen trasero para ser admirado es que la ciencia, en cuestión de lo que autoestima femenina se refiere, ha llegado al límite del límite del límite.

Si un culo ya no es un culo… ¿Qué es ahora? ¿Una curbatura de 45 grados perfecta? ¡Ais! Ya me imagino los nuevos piropos. En vez de “Guapa por ti me haría joyero, para poder moldear esa joya tuya que se llama trasero” sería… “Guapa por ti me haría joyero, para poder moldear esa joya tuya que se llama curbatura lumbar de cuarenta y cinco grados”. ¡Por el amor de Dios! Si es que pierde toda la magia. En vez de “Empezando por tu pelo y acabando por tu trasero, me comería tu cuerpo entero” sería “Empezando por tu pelo y acabando por tu curbatura lumbar de cuarenta y cinco grados, me comería tu cuerpo entero”. ¡¡¡QUE NO!!! Vamos… que NO. Que así ni tiene gracia, ni sentido, ni razón de existir.

Estudiar para hallar la cura a alguna enfermedad mortal está bien y es más que necesario. Ahora bien, hacer un estudio para determinar que un trasero ya no es uno culo,… como que no. Mejor ese día, haber llegado tarde al laboratorio o haber uso del derecho que deben tener todos los científicos a un estudio que va contra sus principios.

Si en la vida le quitamos a ese lugar donde la espalda pierde el nombre, el honor de levantarnos la moral un buen día con un bonito gesto de otro persona que lo admira y lo alaba, es que la vida de por sí ha perdido algo más que el norte, y con ella, todos los que arrebataron al trasero ser el lugar de culto de más de una mirada furtiva al pasar.

MORALEJA: Paco Bravo dijo:

“Decirme si es pecado,
admirar la belleza de una mujer hermosa
decirme si es pecado,
cuando esa mujer pasa por mi lado
y con la mirada, la desnudo de arriba abajo.
Que creación tan perfecta y bella,
y aunque fuera imperfecta,
que haríamos sin ella”.

Se puede decir más alto, pero no más claro.

miércoles, 11 de marzo de 2015

NADIE LLORARÁ POR ÉL… (poema)




NADIE LLORARÁ POR ÉL…

No busques la fortaleza en la rima fácil,
ni consuelo en lágrimas ajenas,
ni deseo de superación
en otras personas cuando tu tienes de sobra.

No hagas la locura
de pensar que todo irá mal,
más no seas inmensamente positivo
por si las cosas no salen como uno pensaba.

No tengas miedo,
no retrocedas,
no te asustes,
no sufras por nada.

La mirada alta, como ayer.
El coraje por bandera,
como cuando te conocí.
El valor en presente
de indicativo, como siempre.

La lucha es la misma.
Los nombres y apellidos nos
hacen más visibles al enemigo.
¡Atízale fuerte! No lo dejes con vida.
Eres tu o él (lucha a muerte hermano,
por mucho que odie esa palabra).

Nadie llorará por él, si eres tú el ganador.

martes, 10 de marzo de 2015

EMPIEZA EL JUEGO (OTRA VEZ)





Megalómano: Dícese de la persona que sufre un trastorno mental que le lleva a creerse más importante de lo que es. También se aplica a la persona que tiene un excesivo deseo de grandeza.

¿A qué se referiría Esperanza Aguirre cuando ha llamado a la sede del Ayuntamiento de Madrid megalómana? ¿Casa de trastornados mentales? ¿O lugar donde hay excesivo deseo de grandeza?

Quisiera lo que quisiera decir la de Aguirre, está claro que es sumamente gratificante cuando cada cual empieza a hacer campaña ahora para un lado, ahora para otro, incluso dentro del propio partido. Como si el juego de la cuerda se tratara, cada uno coge un cabo sin darse cuenta que están estirando y estirando con tanta fuerza pero siempre en su propia contra.

Cuando ya se retan entre ellos, como diciendo… “Yo soy mejor que tú” es que demuestran de que pasta están hechos. Es más, se suele decir que cuando uno critica de forma tan directa es porque se ve reflejado así mismo en aquello que no le gusta y sin ser consciente de que su propio reflejo es igual, utiliza toda su buena dialéctica para reprender mientras sin darse cuenta que su propio dedo acusador, está directamente enfocado en su contra.

¡Así es la política! Bueno, la política en España, obviamente. En resto del mundo, donde lo de ser político no es sinónimo de ladrón, misógino, retrogrado, etc. podemos ver algo que jamás sería impensable de vislumbrar en nuestra propia tierra.

Además, es tan fácil jugar y pasarse todo el día reprochando cuando tu día a día poco va a cambiar. Cuando llegues a casa todo será igual. Sin embargo, si su pescuezo verdaderamente dependiera de lo que dijeran, yo creo que tratarían de ser más coherente con sus “promesas electorales”.

¿Que van a bajar los impuestos? Eso ya lo dijo Mariano en las últimas elecciones y luego donde dije digo, digo diego. Que empezaron a subir los impuestos que por poco traspasan el límite del límite del límite de nuestros más que agujereados bolsillos.

Así, que señores, sean conscientes que las promesas electorales tienen un valor nulo completamente. Son gritos, emblemas como si de pancartas de un concierto se tratara, para que la gente se maraville desde el escenario. Pero cuando el cargo ha sido otorgado y embestido con todos los honores, el valor del votante deja de importarles hasta la próxima legislatura.

¿A quién debo elegir pues? Si fuera tan fácil, hasta los niños de teta tendrían derecho al voto. Pero para ejercerlo hay que ser mayor de edad así que por el mero echo de ser responsable de sus propios actos, sea responsable también de sus errores e intente que el mal, obviamente, sea un mal lo más menor posible.

MORALEJA: El gran Groucho Marx dijo: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

PD: 100.460 visitas alcanzadas. ¡¡¡MUCHAS GRACIAS POR HACERLO REALIDAD!!!

viernes, 6 de marzo de 2015

YO NO SOY CHRISTIAN (relato)





Con todo el boom de la película de 50 sombras, aquel congreso se convirtió en un desfile infinito de malos aprendices con trajes caros, corbatas grises y sobretodo, con una fortaleza fingida. ¡Ninguno sabría mandar sobre las sábanas como una mujer de verdad necesitaba! Con el primer orgasmo se quedarían tan exhaustos que habría que avisar a la ambulancia más cercana para que recompusieran como pudieran lo poco que quedaba de ellos para que pudieran volver a sus hogares a ser los perfectos perritos falderos de sus esposas.

-        ¡Que cruel eres Anastasia! – me dijo mi compañera de stand.
-        Carla, ya te he dicho que no digas mi nombre. Lo odio desde que salió esa estúpida novela que ellas adoran y que ellos dicen no haber leído pero no paran de tratar de imitar.

Sí, yo me llamaba como la protagonista de esa trilogía. Sin embargo, no era como ella. No me gustaba que me mandaran, que me introdujeran en un mundo tan desconocido como el Bdsm como para la escritora de la novela más vista en cine del momento.

Salí a tomar el aire. Un hombre demasiado impetuoso, abrió la puerta con tanta fuerza, que me dio tremendo golpe en la frente. Me caí de espaldas y mi cabeza rebotó contra el suelo. ¡Dios! ¿Qué más me podría pasar? Al abrir los ojos, un gilipuertas de pelo oscuro y ojos claros me decía: “¿Te has hecho daño?” Estaba claro que el hombre no era un lumbreras. Estaba en el suelo, mareada, con un chichón delante y otro detrás de la cabeza. ¿Qué más necesitaba para saber que me había hecho daño?

Me ayudó a levantarme y me acompaño hacia fuera. Estaba un poco mareada y no me di cuenta que me dejó dentro de un coche. Él se fue pero su chofer, se quedó allí conmigo.

Se acercó con una toallita húmeda para mi cabeza. Cuando abrí los ojos pude ver a un hombre corpulento, con una gran melena moteada con canas que le quedaban de una forma deliciosa a la cara. Sus ojos eran castaños y vestía un uniforme de aquellos de conductor de limusinas que pensaba que no existían ya. Pero si existían y le quedaba francamente bien.

-        ¿Cómo estás? ¿Te apetece tomar algo?
-        Mejor aunque me encantaría algo con azúcar y burbujas.
-        ¿Una coca cola con hielo y limón?
-        ¡Perfecto!

Abrió una nevera y me la preparó. Me incorporé un poco y vi que estaba en la parte trasera de una preciosa limusina.

-        Creo que el golpe me ha afectado más de lo que creía. ¿Quién ese tio para venir a un congreso con un coche como este?
-        Alguien con pasta. Pero tranquilo. El no es Christian. Yo sí.
-        ¡No! No, no, no. ¡Odio esa novela!
-        ¿Y la película?
-        ¡También!
-        No te llamaras Anastasia.
-        ¡Sí!

Empezó a reírse. Le miraba confusa.

-        Perdóname. Me llamo Cristian, Cris para los amigos, pero sin H.
-        ¿Y porqué te reías?
-        Porque me pareces una mujer con la que me gustaría perder los estribos ahora mismo, aquí, sin nada más que placer sin dolor. Sexo salvaje, sin más ni más.

Me quedé sin palabras. Aquel hombre me gustaba desde que su mano me acercó su mano a la frente. Me lancé a su boca y empecé a besarle de forma fuertemente inapropiada. No le molestó. Le encantaba. Podía sentir mi fuerza, su lengua luchando con la mía, sus manos apresuradas despojándome de mis ropas.

Me puse encima de él. Estaba tan húmeda que su sexo se acopló al mío de forma perfecta. Empecé a moverme mientras me acariciaba mis pechos y pellizcaba mis pezones. Me encantaba que él me viera que disfrutaba, que sabía lo que me gustaba, que no necesitaba a nadie para proporcionarme el goce suficiente para hacerme alcanzar el clímax. Me detuvo en seco. Se medio incorporó:

-        Aquí somos dos.

Su mirada fija, su fuerza y sentencia en sus palabras, me excitó mucho. Mojó con la punta de su lengua mis erectos pezones. Luego los succionó de tal manera, que casi pierdo la cabeza de puro goce. Deseaba que no parara. Su boca iba de uno a otro dándome un placer supremo jamás imaginado. De golpe empezó a embestirme sentado. Sentía sus golpes de pelvis adentrándose en mí. Aquel movimiento me fascinó. No podía dejar de gemir, de anhelar que no parara, que siguiera. Estaba en sus manos, en su cuerpo, a su servicio sin ser servicial. Su cuerpo se estremeció. Noté como se derramaba y en ese mismo instante, su calor lechoso me hizo alcanzar el clímax supremo.

Fue algo instintivo, rápido, fugaz. No premeditado, sólo vivido entre dos protagonistas de sus propias vidas, sin guiones de por medio.

Cris y Anastasia, los reales, habían empezado una relación sexual. Y el amor, sin duda, estaba de más.

miércoles, 4 de marzo de 2015

TRAS LA PENA… UN NUEVO RUMBO





Cuando el pasado mes de diciembre Pastora Soler anunciaba que dejaba los escenarios para recuperarse de su miedo escénico, muchos de sus fans, entre los cuales me incluyo, sentimos un vacío inmenso en el alma.

Cuando lo que más te apasiona en la vida, como cantar, se convierte en algo tan terrible que te hace perder el conocimiento, es momento de replantearselo todo. Pastora lo hizo. Apostó por ella, por refugiarse en sí misma y encontrar de nuevo, esa pasión que la hace ser quien es.

Ahora, la noticia de que será mama, es un punto de inflexión tras una decisión dura para la artista. Sin lugar a dudas, las penas, con la inmensa alegría de una nueva vida, hacen que la vida se llene de un color especial que hasta la fecha, por lo que fuera, no alcanzabas a vislumbrar.

Mas hay una pregunta que me nubla la mente. Si algo que te hace inmensamente feliz, que es tu propia vida, tu motor para levantarte cada mañana, se convierte en algo completamente opuesto. ¿Sentimos que nos hemos defraudado a nosotros mismos? ¿Somos conscientes de hasta que punto un “don” puede ser látigo y ungüento para sus llagas?

Hay momentos, cuando alguien tiene la capacidad de entender que la vida le ha hecho llegar a un punto de inflexión, que no estamos preparados para afrontar ni un camino, ni otro. Necesitamos un tiempo de reposo, de espera, y eso en un mundo moderno en que pararse implica perder el tren, es algo más duro de lo que parece.

Es por este motivo, que la inercia de forzar seguir un camino u otro, nos hace errar en la decisión sin poder, a veces, volver a atrás y enmendar lo sucedido.

Sin embargo, hay otros momentos que el camino es el acertado porque sí, porque hubo una luz, una estrella, un lucero guía, que te marcó tan claro el camino que no seguir andado, sí que hubiera sido una decisión desafortunada.

Yo, en estos momentos, estoy ahí, en ese punto de inflexión, parada, inmóvil, intentado hallar aunque sean unas mísera migas de pan para saber si tengo que seguir por un lado y por otro. Sin embargo, yo no tengo las misma suerte que otros. Mis caminos son tan iguales al iniciar de ambos que no sé que hacer. Y se me acabó mi tiempo de reposo, de meditación, lo noto, lo siento. Mas no tengo fuerzas, ni sabiduría suficiente, para saber cual debo emprender y porqué.

¿Cuándo elegir se convertirá en una tarea sumamente más fácil? Yo creo que nunca pues hasta que no has andado un trecho, hasta que no has visto el camino en todo su esplendor, no sabes que la senda fue la acertada. ¡Por eso elegir nunca será fácil! Nadie ve más allá de sus pasos cuando empieza de nuevo a andar.

MORALEJA: William Shakespeare dijo: “No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino”. Para uno que lo tiene claro, dejar elegir en paz.

martes, 3 de marzo de 2015

PARA PODER VOLAR SIN ALAS (poema)



PARA PODER VOLAR SIN ALAS

No recordaba el camino a casa
y me perdí en tu cuerpo.
Bucee por tu sudor.
Con la lengua fui resiguiendo
sin que no quedara
un solo rincón de ti
en que mi boca
no se saciara con tu carne.

Amamantaste mis ganas
con infinita templaza.
Me inundaste los sentidos
con tu fuerza persiste,
con esa infinita sabiduría
del que sabe lo que se hace.
Con maestría, con temple,
con mucha destreza inflamaste
algo más que mi mente,
que esa recóndita gruta
a mis adentros relamida
sin prisas hasta dejarla seca.

No fue compensación mi entrega,
ni pago justo el postrarme ante ti
para devorar sin tiempo límite,
el descomunal manantial
que me aguarda bien repleto.
Mi sed era mucha.
Su dulce néctar nacarado,
el consuelo certero
para los fuegos del alma mía.

Tras liberarnos
tú de tus dudas,
yo de mis miedos,
en la cara no quedó nada.
Ni remordimiento,
ni llanto, ni angustia, ni pena.
La satisfacción
del que gimió,
del que soñó,
del que amó,
del que fue único
soberano de sus actos,
del que se dejó llevar
hasta al borde,
para poder volar sin alas.