miércoles, 7 de agosto de 2013

QUERIDO AMIGO (relato)


 

Querido Rupert,

 

Hace tiempo que no hablamos y no es porqué no quisiera hablar contigo, sino que entre tus tremendas vacaciones por sitios de ensueño, que yo también me he pegado tres semanitas de relax, que el ordenador no funcionaba y demás, te he dejado un poco abandonado. Yo se que tu sabrás perdonarme.

 

¿Cómo fueron mis vacaciones? Increíbles. La playa, la noche, los juegos, las confidencias, el amor, el placer,… (¡Bueno ya me conoces!). Todo fue todo lo que yo esperaba y más.

 

La vuelta fue dura. El trabajo lo complicó todo un poco. La responsabilidad que se deposita en algunos hace menguar las ganas de entregarse al otro cuando el trabajo ha concluido. He hecho mucho ejercicio porqué por algún sitio debía consumir la tensión acumulada y la energía. Luego, por la noche, el subconsciente me traicionaba y miles de rostros, miles de cuerpos me poseían y realizaban conmigo todos los ritos que en la realidad me habían faltado no por falta de ganas, sino por demasiado peso en las espaldas del deber. Me levantaba empapada en sudor y con el cuerpo casi dolorido, pero enteramente satisfecha, relajada, feliz. ¿Cómo fueron esos sueños? No se por dónde empezar. A veces eran demasiado reales. Yo, viajando en un tren sin rumbo y dónde alguien se desdibujaba al fondo. Al principio no sabía si era hombre o mujer, pero el tren seguía su curso y lo único que sabía es que aquella persona y yo, éramos los únicos pasajeros de aquel vagón. El tren paró y aquella persona bajó en la parada. Al mismo tiempo y antes de que se cerraran las puertas del todo, una mano grande y fuerte evitó que se cerraran las puertas. Era un hombre alto, corpulento, con cara agradable, gesto afable, que llegaba acalorado y nervioso. Se sentó en el asiento justo delante del mío. Por un momento pensé en cambiar de asiento pero entonces se despojó de una camisa que llevaba y dejo entrever una camiseta de tirantes negra muy ceñida al cuerpo y un olor familiarmente excitante. Intenté disimular mirando por la ventana y resiguiendo su cuerpo a través de su reflejo en el cristal. Me di cuenta de que tenía los ojos color miel, la piel morena, castaño oscuro era su pelo, su olor embriagante,… parecía uno de los dioses salidos del mismo olimpo. Intenté contener lo que sentía hasta que note como sin descaro me repasaba una y otra vez. El tren seguía su curso. El nuestro estaba a punto de empezar. Noté como se mordía ligeramente el labio inferior mientras trataba de evitar mi mirada. Tenía ganas de poseerle pero me asustaba que subiera alguien al tren. Me levanté con la intención de coger mi bolso y cambiar de asiento. Entonces el tren pegó un frenazo y las luces se apagaron. Todo quedó a oscuras. Me encontraba encima de él, como rescatada de una caída que hubiera sido aparatosa. Sus manos eran fuertes y me aferraban como si verdaderamente hubieran temido por mi integridad. Cuando el tren se puso en marcha la luz volvió a iluminar el vagón. Él no me soltaba. Yo deseaba que no me soltara. Me lancé a su boca como si me hubiera quedado sin oxigeno y necesitara el que había en sus pulmones para recobrar un aliento que creí perdido. Él correspondió mi beso y siguió bajando por mi cuello. Desabrocho mi camisa y empezó a lamer mis pezones erectos. Yo quería corresponderle y le arranque la camiseta negra para lamer sus pezones. Sus gemidos me estaban poniendo cada vez más excitada. Ambos nos dejamos llevar. Mordí su labio inferior como él lo había hecho antes y el desabrocho mi pantalón con destreza. Sentí su mano dentro, encima del tanga notando la humedad de mi sexo. El suyo estaba palpitantemente erecto desde mi caída en sus brazos. Desabroche su pantalón y empecé a saborear su miembro con ganas. Lo lamía con profundo deseo. Sus gemidos eran cada vez más fuertes y eso me enloqueció. No se como me encontré semidesnuda encima de él, con su miembro dentro de mi. Galopaba como una amazona desbocada. Me venía un orgasmo que se empalmaba con otro, y este con otro, y otro, y otro,… Le oía gemir cada vez con más ansia,…Se derramó dentro de mí, pero seguía erecto. Yo quise volver a degustar su miembro, notar cada centímetro de aquel palpitante órgano deslizarse por mis labios. Lo saboree una y otra vez,…deslizaba mi lengua por aquel punto clave que sabía que lo volvía loco y luego, me lo volvía a meter en la boca. El volvió a derramarse y quiso complacerme con el mismo favor oral. Estuvimos horas dándonos placer mutuo hasta que… sonó el despertador.

 

A la mañana siguiente aún notaba sus manos en mis brazos, en mis caderas, en mi espalda,… Seguía notando mis pezones erectos. Notaba toda mi entrepierna bañada por la noche agitada. No podía haber sido un sueño. Luego me di cuenta que en la vida real no es todo tan fácil, ni tan cómodo, ni tan enigmático. Me duché y me fui a trabajar.

 

Otras veces soñaba que estaba encadenada de pie con los ojos vendados, desnuda y que después de notar el roce de dos cuerpos con el mío, me encontraba en mitad de un juego para tres. Dos hombres, fuertes, maduros, me hacían participe de pequeños juegos de los sentidos. Yo al principio estaba aterrada. Primero noté como algo tremendamente helado bajaba ayudado por una mano por mi espalda hasta el final de esta. Luego un tacto suave recorrió mis pechos. Luego me hicieron oler algo que no se que era. Seguía con los ojos tapados pero con ganas de sentir algo más que objetos recorriendo mi cuerpo. Empezaron los pequeños mordiscos por pezones y espalda simultáneamente, como si todo estuviera preparado estratégicamente. Yo empecé a gemir. Me encantaba aquella situación.  Luego dos bocas turnándose por besar la mía, por notar un duelo a tres de lenguas. Pero lo mejor fue cuando noté como me penetraban a la vez,… no me importaba ya estar atada, no ver nada, el placer que sentía en mis adentros era tanto que no podía dejar de irme una vez, y otra, y otra,…Los gemidos, el sudor, el placer,… infinitos.

 

Otras pocas veces soñaba con una playa desierta, una pequeña calita al anochecer. No había nadie excepto yo que me había despojado de mis ropas en la orilla. Sentía la brisa del mar, las olas,… la libertad de la desnudez hasta que un chico un poco más joven que yo, sin verme, se despojó de sus ropas y se adentró en un mar que me pertenecía. Yo intenté ocultarme un poco y esperaba que se fuera… ¿Quién se creía el para invadir me espacio y mis ganas de libertad? Pero desde la lejanía empecé a ver como hacía el burro. Me resulto muy gracioso verle hacer el loco. Se me escapó la risa y fue entonces cuando me descubrió. Al principio supongo que el pensó lo mismo que yo: que había invadido su libertad. Pero luego se acercó sonriente y se presentó como el dueño de la calita. Le dije que me pertenecía por antigüedad y sin darnos cuenta, empezamos a jugar sin importar la desnudez. Primero fueron juegos inocentes de playa: pequeñas peleas de agua, quien buceaba más,… pero luego con cada nuevo roce de nuestros cuerpos empezó a saltar la chispa. Hubo un momento que me agarró por detrás aforrándome a él para hundirme en el agua pero para el ya había dejado de ser un juego y cuando estaba detrás empezó a lamerme el cuello. Yo sólo se que me dejé llevar y al poco era yo la que necesitaba sentir su boca más y más en mi cuerpo. Nos besamos y me penetró con mucha dulzura (se que parece que eso no pueda existir pero yo lo noté así). Estuvimos toda la noche en agua jugando con nuestros cuerpos, descubriéndonos mutuamente nuevos rincones de placer hasta aquel momento desconocidos para ambos. La noche era cada vez más larga y nosotros gemíamos sin importarnos que los seres del mar se estremecieran ante tanto placer. Antes de que el día se diera a conocer, nos dábamos un beso dulce, tierno,… y desaparecíamos sin saber nada el uno del otro.

 

Estos sueños con pequeñas variantes se hicieron presa de mi mente durante todo el mes de agosto. Hubo un momento que le comenté a una amiga que si no era yo una ninfómana por tener esos sueños. Me contestó que no, que era esa energía que necesitaba liberarse de mi cuerpo era la que daba rienda suelta a mi placer por las noches. 

 


Ya ves Rupert, yo con mis historias de siempre. Algún día tengo que contarte un día que no me porté muy bien, pero tampoco muy mal porqué era mas joven. Ahora me voy a la cama que a lo tonto, ya me han dado las tres de la mañana. 


 

Hasta pronto amigo,

 

 

ARACNE

lunes, 5 de agosto de 2013

DOSIS DE INTELIGENCIA GRATUITA PARA BOBOS ASUSTADOS TRAS UNA CORTINA




Microbio: Un microorganismo, también llamado microbio (del griego μικρο, «micro», diminuto, pequeño y βιος, «bio», vida, ser vivo diminuto), es un ser vivo que solo puede visualizarse con el microscopio. La ciencia que estudia los microorganismos es la microbiología. Son organismos dotados de individualidad que presentan, a diferencia de las plantas y los animales, una organización biológica elemental. En su mayoría son unicelulares, aunque en algunos casos se trate de organismos cenóticos compuestos por células multinucleadas, o incluso multicelulares (Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Microorganismo).


 


Bacteria: Las bacterias son microorganismos unicelulares que presentan un tamaño de unos pocos micrómetros (entre 0,5 y 5 μm, por lo general) y diversas formas incluyendo esferas (cocos), barras (bacilos) y hélices (espirilos). Las bacterias son procariotas y, por lo tanto, a diferencia de las células eucariotas (de animales, plantas, hongos, etc.), no tienen el núcleo definido ni presentan, en general, orgánulos membranosos internos. Generalmente poseen una pared celular compuesta de peptidoglicano. Muchas bacterias disponen de flagelos o de otros sistemas de desplazamiento y son móviles. Del estudio de las bacterias se encarga la bacteriología, una rama de la microbiología. (Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Bacteria).


 

Hay dos envidias sanas que he tenido siempre en mi vida:

 

·        La primera a todas aquellas que conocieron a Pierce Brosnan y compartieron más de una noche tórrida con él.

·        La segunda a todas aquellas personas que tienen un seguro privado y pueden costearse el poder acudir a un centro que no sea de la seguridad social donde son tratados como se merece un paciente.

 

No digo esto contra médicos, enfermeras o auxiliares en general (algunos, como en todos sitios, hay que echarles de comer a parte pero en toda las casas tiene que haber una oveja negra y eso es lo de menos) que bastante soportan ya teniendo que ver como otros funcionarios sus sueldos recortados y sus pagas eliminadas en parte. Lo peor que nos podemos encontrar en un centro sanitario de la seguridad social son los pacientes. Y dentro de esta categoría de “PACIENTES” los peores son los de URGENCIAS.

 

Es lógico, y lo digo por voz propia, que uno acude a estos lugares cuando tiene una urgencia sanitaria o eso es lo que yo creía hasta ahora. Por desgracia, situaciones familiares me han llevado a tener que visitar estos lugares de urgencias a diferentes horas del día y puedo garantizaros que he salido completamente horrorizada de la fauna que allí se reúne. ¿Cómo se puede ir a urgencias a pasar el rato? Pues si,… hay gente que va a pasar el rato. Y no dicho por su indumentaria que suele ser de lo más variopinta con sus pelos bien cardados, su maquillaje impoluto y su perfume comprado para aparentar que aún se es joven por el olor, sino por los propios médicos y enfermeras del centro que ya se los conocen y pese a que su código no les permite dejarlos para los últimos, saben bien que sólo vienen a pasar el rato y les incomoda que día sí y día también tengan una nueva dolencia rara descubierta en la inmensidad de alguna tertulia de sobremesa en una excursión “imsersoriana” o, los mas atrevidos con nietos un tanto mas modernos las encuentran perdidas, una y mil veces, entre las muchas páginas de Internet buscadas para esa ocasión para causar furor en la sala de espera. Da asco escuchar la poca vergüenza que tienen. Con risotadas sórdidas como si aquello fuera una cafetería y ellas estuvieran inmersas en una charla de amigas.

 

Luego está la típica mama y la hija que se convierten en las tertulianas de moda de la sala de espera y encima, con el volumen del habla estropeado en un tono demasiado elevado para obviarlo. Estas se entretienen cortándoles trajecitos a todo aquel que pasa. Lo bueno es que, como saben que están haciendo algo incorrecto, que si las miras fijamente, se dan cuenta que las estás escuchando y puedes conseguir diez minutos de silencio y paz por parte de sus tremendas bocazas (mas,… es un reto imposible).

 

Luego vienen los que se conocen a todos los médicos de todos los centros y siempre se piensan, que porque les saluden sentados, van a entrar lo siguientes (tengo que decir que jamás he visto que pasaran delante de alguien que llegó antes pero ellos, cuando salen, siempre explican que como el médico le conoce, le ha pasado antes. ¿Invención pura y dura? ¡Si! Absolutamente sí (no son de los que suelen molestar mucho así que si ellos quieren creerse sus propias mentiras,… libres son).

 

Los peores son algunas personas que vienen de fuera de España (no me refiero a nadie en concreto, no soy racista y me da igual como se lo tomen quien disponga porque para nada marco a nadie con el dedo). Da igual que vengan del norte o del sur (fuera de nuestro país) que sus voceos a la hora de hablarse en la sala de espera, y eso que suelen estar bien cerca, son completamente desagradables (en todas las salas de espera se ruegan guarde silencio). Cuando viene el de seguridad, de ponen rectos y mantienen las formas pero sólo unos instantes. Luego, grita que te grita, vuelve a faltar el respeto a todos los allí estamos y no por gusto. Muchos con sangre, con dolor de cabeza, angustiados por un familiar que esta dentro, callados, expectantes, enfermos. Ellos, que se creen que no son atendidos porque no pertenecen al país, se revelan, llaman racistas a los médicos y suelen armar alguna bronca porque así, y sólo así, son visitados antes y por desgracias,… ellos lo saben. Vuelvo a decir que yo no estoy contra ninguna cultura, ninguna religión, ninguna persona da igual de donde sea pero ya que hay que guardar silencio y decoro, dejar de gritar, dejar de poner los pies descalzos sobres los asientos donde después se tendrán que sentar los demás, dejar de armar cirios para que os atiendan antes apelando a un RACISMO que no existe en un pueblo hermano o convecino. Nos llenamos la bocas de críticas contra todos aquellos que os tratan mal según vuestra forma de ser pero es este país que esta pasando por un duro momento, el que no ha cerrado nunca sus fronteras, que siempre ha acogido a multitud de razas y culturas y es aquí donde se os está dando una sanidad, una educación, unas ayudas, unos servicios y una atención, que jamás encontrareis en vuestros países de orígenes y lo sabéis, porque si yo soy mal atendido en un país, me vuelvo a mi tierra porque en mi casa no se está mejor que cualquier otro lugar. Pero no es así, no para vosotros y lo sabéis. Por eso seguís abusando de la confianza y la paciencia de muchas personas que justo, estando enfermas, la perdemos por nuestro familiar, por nuestro amigo, por nuestra pareja, a sabiendas de que nos tachareis de RACISTAS sólo por recordaros que hay que estar en silencio en la sala de espera de cualquier centro sanitario de urgencias en todo el estado español.

 

MORALEJA: Esta va dedicada a la señora del box de enfrente de la camilla de mi familiar que cerro la cortina asustada cuando a mi familiar le dio un ataque de tos por írsele el agua que tomaba con la pastilla que le habían dado, por el otro lado. Señora, ha entrado con problemas de corazón (cosa de la que no tendría que informarle pues como usted ha podido controlar, esta monitorizada desde que ha entrado). No tienen nada malo y si algún microbio o bacteria hubiera invadido su cuerpo, sea un poco más inteligente y tápese la boca y no corra la cortina, no por que me haya ofendido a mi o a mi familiar, sino porque con la pinta que tiene la cortinita, y los días que tiene que llevar allí colgada sin un triste lavado corto que llevarse a la boca, posiblemente se haya contagiados de Acondroplasia, Adamantinoma, Alcaptonuria, Aniridia, Beriliosis, Difalia, Ectrodactilia, Fucosidosis, Germinoma, Síndrome de Ho Kaufma Mcalister, Ictiosis Arlequín, Ipex, Mastocitosis, Mesotelioma, Miastenia gravis, Enfermedad de Norrie o Síndrome de Ochoa con tal de evitar una tosecilla minúscula de alguien que se atragantó con un simple buche de agua.

 

Eso si,… me quedo con las  TREMENDAS ganas de hacerle la prueba de Chvostek por varias veces para comprobar que usted sigue tan sana como antes de correr la cortina.
 

domingo, 4 de agosto de 2013

EL HOMBRE PERFECTO (poema)


 

EL HOMBRE PERFECTO

 

Eres ese

que me encontró

sin buscarme.

Eres tu quien me

cita sin llamarme,

que me incita y me rebasa,

que no conoce mi nombre,

ni mi cumpleaños,

que no se perderá jamás

en lo mas profundo de mi ser.

 

No eres incompleto.

El hombre perfecto

lleva tu nombre

(una sabrosa mezcla

adecuada de peligro

y rubor fingido,

de caricia y latigazo,

de eventualidad

y deseo llameante).

 

Necesitamos de nuevo una cita.

Quiero envenenarme otra vez,

morderme el grito,

abrumarme con los gemidos,

masticar poco a poco

los minutos que nos

brinda la taciturna noche.

 

Me falta el aire si muerdo

la infinidad infinita de tu virilidad

jadeantemente secreta, potenciada

por un cuerpo de mujer imperfecto.

 

Hoy casi se paso tu día,

un día que confluye en algo

inhabitablemente duro donde la prosa

no cabe pese que dominas el verbo.

 

No leerás estas palabras,

ni te emocionarás,

ni vendrás a buscar el regalo

bien húmedo que guardé

en el borde de mi boca para ti.

¡Por eso eres perfecto para mí!

Algo más que nada.

Nada menos que algo.

PASTEL DE CUMPLEAÑOS


¿No os da rabia tener que explicarle o completo desconocido tu vida por una simple demanda de un servicio? Por ejemplo vas a buscar un vestido elegante y dices,… “Quiero probarme ese de talla tal” Y la dependienta te pregunta,… “¿Para qué lo quiere?” Si respondes,… “¡¡¡PARA HACER TRAPOS!!!” Incluso es capaz de hacerte sacar por la policía de la tienda de ropa de marca que le dejó la madre a su esposo para que su preciosa mujer rubia se sintiera por una vez útil en toda su larga y patética existencia de niña pobre que busca pegar el gran braguetazo de su vida. Si te da por responderle “¡Para una boda!” y resulta que tiene tonos blancos combinados con unos preciosos toques de negro es capaz de decirte: “No,… un vestido blanco no es apropiado para una boda” ¿Pero será boba? ¿Y si es una boda hindú? Lo que sería una grosería es ir igual que la novia vestida y nadie tendría porque opinar si tú quieres probarte ese vestido y llevarlo. Imagina por ejemplo, que un chico que te gustó siempre, se va a casar con la mujer mas gilipuertas de la faz de la tierra y tu, que siempre te gustó él, decides putearle un poco por haberte invitado a ver como se casa con una cualquiera pillada en cualquier Pub de alterne de cualquier polígono de la zona. ¿Por qué no puedes llevar un vestido blanco con toques negros? ¿Por qué no es lo correcto? ¡Y que me importa lo correcto! Peor es que él sabía que yo estaba enamorada de él y a sabiendas, tratara de hacerme daño con esa invitación. ¿Por qué no puedo putear yo un poquito a su futura mujer en su propia boda? ¿Qué impide que pueda ser un poco bruja una vez al año donde yo decida y contra quien yo quiera?

 

Pero lo peor de todo no es pedir un vestido elegante para un evento cualquiera y verte interrogada con la pregunta más absurda del mundo sino ir a encargar un Pastel de Cumpleaños y pedirlo de un kilo para cuatro días mas tarde y la dependienta te diga,… “¿Cuántos van a ser?” ¿Perdón? ¿Es esto un restaurante y me he confundido de puerta?  Y en ese mismo instante te dan ganas de ser ingeniosa y decirle: “Es qué he tenido un sueño y se que ese día va a ser duro y quiero darme un homenaje porque yo lo valgo”. O explicarle: “Somos cincuenta pero los otros lo prefieren de la pastelería de enfrente que los vende mas baratos que aquí”. O responderle: “No, si no es para comérnoslo. Es para realizar un tipo de ritual de fertilidad y el pastel es uno de los componentes de la pócima junto a un gnomo, un ratón que dice la verdad en húngaro y una serpiente Kaftkitianha del norte de la península de Peloponeso para hacer una crema para untar en el bajo vientre. ¿Cómo saldrá el invento? Señora,… eso francamente es todo un misterio”. O contestarle: “Somos tres pero sólo comerá la cabra y con su marido que son los que acaban mas agotados”. Si,… esta es la más grosera de todas pero es que ya esta bien. Si tu dices quiero un pastel de nata, trufa con yema quemada de un kilo que importa que seamos uno, dos, treinta o una tropa de zombis hambrientos. ¡He dicho un kilo! Si yo deseo poner más o menos a mis invitados es problema mío. Al final, intentas cambiar de tema para no tener que responderle y sales de la pastelería pensando,… ¡¡¡QUE SOLA QUE ESTÁ ESTA MUJER EN LA VIDA!!! Tiene que vivir mediante los ojos de los demás. Así que te alejas compadeciéndote de su estupidez y temiendo a la vez que no haya entendido la comanda y que de aquí cuatro días, tengamos que tener otra charla trascendental sobre un pastel de cumpleaños.

 

MORALEJA: Richard Hugo dijo: "El trabajo endulza la vida; pero no a todos les gustan los dulces". Dedicado a todos los que hoy y mañana cumplen años en especial a las personas que tuvieron que ir a la pastelería a encargar su pastel.

viernes, 2 de agosto de 2013

CUIDADO NO TE EXPLOTE EL EGO UNA MAÑANA (Poema)


 
CUIDADO NO TE EXPLOTE
EL EGO UNA MAÑANA

 

Te sorprende

que escriba como escribo,

pero no te sonroja mi prosa

sino verme rodeada de nombres

varoniles que me cercan,

me aferran a ellos,

con tanta fuerza,

que hasta su vigor huracanado

te salpica por entero

entre mis vocablos.

 

Te alarma saberme poseída,

devorada por entero de norte a sur,

con el rímel corrido en la cara

tras la batalla extasiada de sudor

lubrico llamado infame por tu mente.

 

Te reprimes y crees castigarme.

No se quien recibe mejor

el castigo con mi lírica,

si el profesor aleccionado

o la alumna soberbiamente

avanzada y no sólo en el verbo mal

conjugado sino en un presente de indicativo

en el que no estas quizás por orgullo herido.

 

Una vez más la respuesta es obvia:

yo satisfecha y a gritos callada y tú,…

modoso y a susurros contenidos.

¡Vive feliz en tu moderación adoptada!

Cuidado no te explote el ego una mañana.

jueves, 1 de agosto de 2013

YO Y MI ME APARTARON DE TI (poema)


 
YO Y MI ME APARTARON DE TI

 

Fracasamos en nuestra noble cruzada.

Amarse no estaba de moda.

Jugar a hacerse daño era último

entre la juventud de los treinta y muchos.

¡Todo había cambiado!

Ya no nos conformábamos con lo básico,

con el insulto inapropiado,

con los celos acostumbrados,

con los reproches tradicionales,

con las sospechas siempre infundadas.

Tu Yo y tu MI eclipsaba al otro

 hasta convertirlo en nada.

 

Me enamoré de la ilusión de un beso,

del roce primero, de el hormigueo

que recorría todo mi cuerpo.

¡El amor no estaba de moda!

Lo llamé complicidad,

lo llamé clandestino,

lo llamé… y simplemente no vino.

 

Fracasamos en nuestra noble cruzada.

No fuimos tú y yo, sólo yo.

No puedo mirarte como antes.

No puedo ni siquiera mirarte.

Faltaron tantas cosas en esa vida paralela,

en ese mundo aparte del que tanto me apartaste.

 

Fracasamos en nuestra noble cruzada.

¡Al final ellos tuvieron razón!

Nadie esta con nadie por nada.

Siempre existe una razón oculta

que acaba saliendo a flote

cuando uno de los dos acaba estrellando

contra el suelo la ilusión en la que creía.

 

Fracasamos en nuestra noble cruzada.

Sin lanzas ni espadas me quedé

para defender tus abandonos.

Sin nada que decir te quedaste tú

(no lo necesitabas,

estabas completamente

ciego en tu YO, en tu MI).

Ellos me apartaron de ti.

 

¡El amor no estaba de moda!

El ego, el dolor, el engaño,… sí.

DESPEDIDA SIN ADIÓS (poema)


 
DESPEDIDA SIN ADIÓS

 

Quiero arrancarme estos harapos

que me han puesto pues huelen a mortaja,

a enfermedad, a quirófano higienizado

tras una pérdida súbita donde el temblor

y la ausencia de una vida que se marchó

sigue reflejada en las baldosas blancas del mismo.

 

¡Yo no he muerto! No aún.

Sólo es un malestar súbito

que me atravesó por entero,

que me hizo caer al suelo,

que confunde a todos los que quiero.

 

Sigo aquí, viviendo entre una cama

con las sábanas demasiado blancas

y la ausencia de privacidad en un cuarto

compartido con un extraño.

La gente que entra, sale

y que no la conozco de nada.

¿Qué hacen tantos

extraños aquí conmigo?

 

Estoy bien, ya puedo irme,…

¿Es qué nadie me escucha?

No puedo oírme ni yo

y eso sí me asusta.

Los pitidos han empezado a menguar

y el aire ya no es potable para mis pulmones.

¡Dios ahora no! Tengo tanta vida por delante.

 

Descarga, masaje,… todo inútil.

– ¡Era tan joven! – ha dicho alguien

al verme tumbado ya sin vida.

¡He muerto! Ahora si,…

y tengo miedo, mucho miedo,

de quedarme por siempre aquí.