sábado, 6 de agosto de 2016

LA SOLEDAD, EL AMOR, EL FRENESÍ



014/150

Muchos son los que dicen que la soledad es mala. La definen para los demás como un estado de no importarle a nadie, de pasar las horas muertas porque no queda más remedio, el vivir mirando un reloj en el que parece que las horas no pasan.

Mas la soledad no es nada más y nada menos estar sólo o sin compañía. Pero… ¿Qué haría una persona para dejar de estar solo? Yo creo que cuando llevas muchos años hasta cualquier cosa. Ese estado de tristeza que solventa con estar con otras personas, sin importar la persona, es francamente indeseable para muchos.

Sin embargo otros no siente en la soledad ese vacío sino el recuerdo de un amor que se fue y que ya no volverá (quizás porque haya emprendido un viaje muy largo o quizás el viaje eterno). Estar de la noche a la mañana sin esa persona que marcó tu vida para siempre es un duro golpe para el que ama y sigue amando incluso tras la perdida. Muchos lo asemejan como si se les hubiera roto el corazón (quizás en cierta manera así sea). Pocos se recuperan de un golpe así. La gran mayoría, por desgracia, acaban muriendo de pena. Suelen ser mujeres pues se supone que sobreviven más ellas que ellos al final del camino de la vida. Cuando llega su hora, pues dice que eso uno lo acaba sabiendo, hasta ves el consuelo de reencontrarse con aquel que se fue en su rostro como último vestigio de una vida vivida y acabada.

Sin embargo, otros, una parte poco significativa de seres humanos (por llamarlos de alguna manera), no buscan compañía cuando están solos pese a que sus quejas por ese estado sean siempre monotema en sus conversaciones. No buscan ni tan siquiera amor pues bien se sabe que cuando uno está sólo, si lo que quiere es cariño para mitigar ese soledad, le da igual que este sea dado por una hija o un hijo, un amigo o amiga, un nieto o una nieta,… Mas cuando es un ardor que nace justo de ese miembro flácido, cano, anciano y desgastado por el paso de los años, el que desea ser consolado, no el que late en lado izquierdo, a la altura del pecho, nadie que lleve tu nombre o tu sangre, consuela esa asquerosidad nacida de un frenesí antiguo de alguien que siempre sintió con la misma parte de su cuerpo sin importar nunca amor o cariño alguno.

 

Soledad, amor, frenesí. Pocos entienden la similitud entre ellas. Todas son palabras, eso no me lo podéis negar ninguno. Mas su significado, el que cada cual le quiera otorgar, es la que hace de las tres una y de cada una tres.

 

MORALEJA: William Shakespeare dijo:“La vida es como un cuento relatado por un idiota. Lleno de palabrería y frenesí, que no tiene ningún sentido”.  Lástima que todos estemos todos muy ocupados para escuchar incluso un cuento, aunque sea un cuento contado por idiota. A veces, de esos cuentos, uno acaba aprendiendo que su vida no es más que el resultado de una historia que otros escribieron en su nombre.