martes, 24 de noviembre de 2015

EL PODER DEL MIEDO. LA AUSENCIA DE JUGUETES


Los atentados de París fueron varios ataques terroristas cometidos en la noche del trece de noviembre en la capital francesa y su suburbio de Saint-Denis, perpetrados en su mayoría por atacantes suicidas en los que murieron 137 personas y otras 415 resultaron heridas.

 

Lo que pasó allí fue algo horrible. Un nuevo ataque terrorista en la capital francesa ponía en jaque a toda Europa convirtiendo el 13N en un día negro para recordar en honor de los que perecieron ese día.

 

Todos estuvimos de luto en nuestro corazones tras la cruda noticia de esa nueva agresión que sufrían un grupo de personas sólo por estar ahí, por disfrutar de una cena, de un concierto, de un día en una de las ciudades mas románticas del mundo, por parte de unos salvajes que por tal de imponer su criterio, son capaces de matar a sangre fría y sin ningún tipo de remordimiento a quien se ponga por delante.

 

Francia cerró sus fronteras. París se replegó sobre si mismo pidiendo a la población que no saliera de sus casas.

 

Desde aquí desde España se ofreció de manera oficial un sentido pésame al cónsul y al país entero mostrando la repulsa contra un acto tan indigno. Todo esto pasó al día siguiente. Sin embargo, aquel viernes trece de noviembre, sólo una cadena detuvo su programación para dar a conocer ese terrible suceso.

 

Se nos informó a todos los españoles que desde junio de este mismo año estábamos en alerta 4 sobre cinco (en Cataluña desde enero) que significaba que en cualquier momento nuestro propio país podía sufrir un ataque de la misma crueldad y magnitud del que se aconteció ese fatídico viernes.

 

Han pasado diez días apenas. Siguen las detenciones, las investigaciones, las acciones por poner en su lugar a aquellos que trazaron aquel fatal plan contra Europa.

 

Sin embargo, dentro de las medidas tomadas, hay una que a mí personalmente me parece más un desvarío por lo absurdo en si misma: prohibida las armas de juguete (excepto la de Stars Wars y las de agua). Ya no se podrá hacer de policía, de militares, de fuerzas del orden y detener a los malos con nuestra placa, con nuestro honor por salvaguardar la vida y nuestra pistola. Los terroristas seguirán “jugando” con las suyas y nosotros no podremos hacer de salvadores ni siquiera desde niños.

 

El miedo es lo que hace que el cuerdo actué como un loco para tratar salvaguardar una inocencia ya perdida.

 

Tras algo así hay que plantarse sin temor alguno como bandera, con el recuerdo de los que nos fueron arrebatados antes de tiempo y completamente vacías. No hay que desconfiar de nuestros hijos y quitarle algo tan inocente como un juguete para ser, durante un momento, los héroes de nuestras vidas.

 

MORALEJA: Miguel Delibes, escritor español (1920-2010) dijo: “Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales”.

 

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