martes, 10 de marzo de 2015

EMPIEZA EL JUEGO (OTRA VEZ)





Megalómano: Dícese de la persona que sufre un trastorno mental que le lleva a creerse más importante de lo que es. También se aplica a la persona que tiene un excesivo deseo de grandeza.

¿A qué se referiría Esperanza Aguirre cuando ha llamado a la sede del Ayuntamiento de Madrid megalómana? ¿Casa de trastornados mentales? ¿O lugar donde hay excesivo deseo de grandeza?

Quisiera lo que quisiera decir la de Aguirre, está claro que es sumamente gratificante cuando cada cual empieza a hacer campaña ahora para un lado, ahora para otro, incluso dentro del propio partido. Como si el juego de la cuerda se tratara, cada uno coge un cabo sin darse cuenta que están estirando y estirando con tanta fuerza pero siempre en su propia contra.

Cuando ya se retan entre ellos, como diciendo… “Yo soy mejor que tú” es que demuestran de que pasta están hechos. Es más, se suele decir que cuando uno critica de forma tan directa es porque se ve reflejado así mismo en aquello que no le gusta y sin ser consciente de que su propio reflejo es igual, utiliza toda su buena dialéctica para reprender mientras sin darse cuenta que su propio dedo acusador, está directamente enfocado en su contra.

¡Así es la política! Bueno, la política en España, obviamente. En resto del mundo, donde lo de ser político no es sinónimo de ladrón, misógino, retrogrado, etc. podemos ver algo que jamás sería impensable de vislumbrar en nuestra propia tierra.

Además, es tan fácil jugar y pasarse todo el día reprochando cuando tu día a día poco va a cambiar. Cuando llegues a casa todo será igual. Sin embargo, si su pescuezo verdaderamente dependiera de lo que dijeran, yo creo que tratarían de ser más coherente con sus “promesas electorales”.

¿Que van a bajar los impuestos? Eso ya lo dijo Mariano en las últimas elecciones y luego donde dije digo, digo diego. Que empezaron a subir los impuestos que por poco traspasan el límite del límite del límite de nuestros más que agujereados bolsillos.

Así, que señores, sean conscientes que las promesas electorales tienen un valor nulo completamente. Son gritos, emblemas como si de pancartas de un concierto se tratara, para que la gente se maraville desde el escenario. Pero cuando el cargo ha sido otorgado y embestido con todos los honores, el valor del votante deja de importarles hasta la próxima legislatura.

¿A quién debo elegir pues? Si fuera tan fácil, hasta los niños de teta tendrían derecho al voto. Pero para ejercerlo hay que ser mayor de edad así que por el mero echo de ser responsable de sus propios actos, sea responsable también de sus errores e intente que el mal, obviamente, sea un mal lo más menor posible.

MORALEJA: El gran Groucho Marx dijo: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

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