martes, 13 de enero de 2015

COMO AHUYENTAR A LOS HOMBRES DE FORMA SENCILLA





A las mujeres nos gusta sentirnos bellas. Es por eso que cada mañana nos dedicamos cierto tiempo antes de salir a la calle. Nosotras no podemos coger unos vaqueros, unos pantalones de vestir, un cinturón, unos zapatos, unos calcetines, una americana y salir a la calle sin más ni más.

Las mujeres necesitamos antes de adentrarnos en el día a día, un cuidadoso estado de alegría y perfección que nos lo proporciona el ducharnos, el arreglarnos el pelo, el maquillarnos, en elegir los complementos, en vestirnos y perfumarnos.

Pero también hay que reconocer que en este ritual casi diario que seguimos muchas de las féminas otras lo han llevado siempre, quizás por falsa convicción de belleza, un poco al límite. Y es que, de parecer bella a resultar esperpéntica, sólo hace falta pasarse un poco de la raya. ¿Y cual es la raya? Ahora os daré unas claves para que cada cual la trace donde crea necesaria.

La piel debe de parecer natural, y es en este punto donde muchas mujeres meten la pata utilizando, sobretodo en invierno que la piel se torna más plomiza pasado el bronceado veraniego, autobronceadores, cosméticos de base con un tono desacorde a la piel. Mas olvidamos la regla básica del maquillaje por excelencia: que no parezca que vamos maquilladas.

Las cremas con un toque de color dan esa hidratación y ese tono más uniforme con nuestra piel.

Otro error muy común es descuidar, por ejemplo, la hidratación corporal en invierno. Al llevar más ropa, muchas olvidan hidratar su piel tras la ducha o el baño por el echo de que hay que esperar un tiempo de absorción de la hidratante. Sin embargo, el cuidado de la piel tendría que ser un constate anual. No por no ir a la piscina, o por no bañarse en la playa, o por no estar tantas horas en el sol la piel no se resiente. Es más, el frío hace que la piel se agriete de una manera mucho más agresiva que todo lo anteriormente dicho. Por lo tanto, dedicar un rato a mimar la epidermis con lociones corporales, no es algo exclusivo de los meses de verano.

El perfume que destila una mujer al pasar es algo que hace soñar a muchos hombres. No sé porque pero es esa la esencia que queda de nosotras al pasar y es por eso, que de forma excesiva, suele ser un desacierto en toda regla. La calidad de todos los perfumes hace que con muy poco, ya quedemos perfumadas para todo el día. Así que más vale guardar esas gotas de más en el frasco que llevarlas puesta como si de un atronador tufido de mofeta se hubiera apoderado de nuestra particularidad que si lugar a duda, es uno de nuestro sellos de identidad.

El último error a destacar, y pese a que está de moda, es lucir las uñas con demasiadas filigranas. Las manos es lo primero que uno ofrece al saludar, así que un color sencillo y bello, dice mucho más de nosotros que corazoncitos, o decoraciones print animal con “cebreados”, “atigresados”, y muy desacertados, toques salvajes que no nos hacen más interesantes sino un poco más vulgares.

El mejor truco para sentirnos bien con nosotras mismas es mirarnos en el espejo de frente y decirnos: ¡Buenos días mundo! Hoy voy a arrasar en todo lo que haga. Así, da igual si llevamos mucho o poco maquillaje, pues lo primero que se verá de nosotras al caminar será nuestra seguridad que sin lugar a dudas, es lo que más cautiva tanto de un hombre, como de una mujer.

MORALEJA: Emerson, (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense, dijo: “Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla”.

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