sábado, 23 de agosto de 2014

NO A UNA LIGA DE FÚTBOL DE DOS EQUIPOS



Hay momentos que los adultos deberían ver más películas de dibujos animados y recordar la magia de la que forma parte toda la vida. ¿A qué me refiero? Bueno, después de acabar de ver al Atlético de Madrid alzarse con el título de la Supercopa ante el Real Madrid, me ha venido una película animada titulada Rompe Ralph. ¿De qué va Rompe Ralph? Bueno, Ralph es el “malo”, el villano de un video juegos llamado Repáralo, Félix Junior. Un día, casando de Félix siempre se llevaba los laureles tras que los jugadores salían de la sala de juegos y las medallas, sale del juego para conseguir el reconocimiento que no tiene en su propio juego. Ralph no regresa, no a tiempo de que las maquinas recreativas abran sus puertas y al encenderse el juego, al no existir la parte que rompía del juego, la parte “mala” por así decirlo, la reparación no se podía hacer. ¿Qué pasa? Que el dueño decide que el juego está roto y por lo tanto, decide que, si no puede arreglar, será desenchufado haciendo que tanto los que creían que Ralph no pintaba nada y alagaban siempre a Félix, se den cuenta de que no puede existir el juego sin el villano. Es por eso que cuando no veo alzarse ni al Madrid, ni al Barça con un nuevo titulo, en cierta manera, me alegra.

Llevamos años viendo una liga de futbol donde, como a la dirección del país en el que vivimos, es la dualidad la que reina. O blancos o azulgranas. O rojos o azules. No me molestas la monocromancia en el arte, mas en la vida todo suele ser un tanto “rutinario” que todo gire alrededor de sólo dos equipos de la primera división.

A parte de que considero que la maestría del balompié español no debería ser de pago y menos viendo la situación por la que pasa nuestro país. Además, antiguamente, cuando los partidos eran en abierto para poder llegar a todo la población SIN EXCEPCIONES, el vivir la emoción de algo tan simple en forma desde el sofá de tu propio salón, era una práctica que reunía no sólo a la familia sino también a los amigos. Además me parecen más que desagradable que todos, absolutamente todos los jugadores de primera división (con unos buenos sueldos y con unos esponsores detrás la mar de generosos a la hora de lucir coches, ropa de últimas marcas y demás) apoyen que SÓLO LOS QUE POSEEN EL DINERO SON LOS MEJORES SEGUIDORES QUE TIENEN al formar parte de la publicidad para dar soporte a este tipo de plataformas de pago. ¿Han olvidado cuando eran niños? ¿Han olvidado cuando las cartillas de sus padres no podían hacer frente a todos los gastos de una casa? ¿Han olvidado que es la humildad? ¿Han olvidado al pobre y a sus hijos?

Hace mucho años que el fútbol, sobretodo el de calidad como es el de nuestro país, ha sido corrompido desde las raíces. No es de extrañar entonces, que ni los propios jugadores apoyen a sus compañeros a la hora de un reparto equitativo televisivo ni en cantidad, ni en horarios, ni en forma, ni en estilo. ¡Todo les da igual! Pese a que jueguen luego con la misma camiseta de LA ROJA, a sus ojos, unos siempre serán más que otros y es por lo tanto que unos clubs se enriquecen con esas cuantiosas cifras televisivas de pago, incluso desprestigiando a los que hacen posible todo lo que rodea a los encuentros de una nueva temporada futbolística. ¡La liga no la forman dos jugadores! Aunque eso parezca. La liga la forman equipos que luchan, semana tras semana, por ser los mejores. Sin embargo, y ojala algún día mi deseo sea una realidad, debería pensar un poco más en el que nada tiene, en referencia al pueblo español y quizás también, si eso ya lo vieran como un GRAN IMPOSIBLE, no olvidar, sobretodo los jugadores, que todos forman parte de un grupo de personas que buscan disfrutar haciendo algo que les gusta a todos por igual, cobren cincuenta o cien, cobren veinte o treinta. ¡Pocos tienen esa suerte! La inmensa suerte de estar ahí, disfrutando de la alegría de patear un balón de reglamento, como cuando éramos pequeños, y disfrutar de ello además de ganarnos la vida.

¡La vida es corta señores! No dejen que nuestros hijos crezcan pensando que ser pobre significa no poder ser el mejor fan de un equipo por no poder pagar por ver un encuentro de fútbol.

MORALEJA: Elías Canetti, (1905-1994) escritor y pensador en lengua alemana y Premio Nobel de Literatura en 1981, dijo: "Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido."


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