jueves, 31 de julio de 2014

ABRE LOS OJOS 3.0



¿Habéis visto alguna vez la película de Amenábar ABRE LOS OJOS ? Es la historia de César, un atractivo joven que ha heredado de sus padres una gran fortuna, vive en una espléndida casa en la que organiza lujosas fiestas. Cuando una noche conoce a Sofía y se enamora de ella, Nuria, su antigua amante, se muere de celos. Al día siguiente, yendo en coche con César, intenta suicidarse. Cuando César se despierta en el hospital, descubre que su rostro ha quedado horriblemente desfigurado. Lo cubre con una máscara a la que todos dice que es terapéutica. Se avergüenza de su rostro. Desea recuperar su vida, su anterior vida en la que no era un monstruo (según sus palabras). Pero una vez das un paso adelante, no hay vuelta atrás.

Mas la realidad siempre supera a la ficción y pese a que César, en esta película, se ve desechado por los médicos que no encuentran forma de reconstruir su cara, en la vida real, hace dos años, unos médicos con sólo el 50% de posibilidades de éxito, operaron, reconstruyendo totalmente, la cara de un hombre que tenía el rostro completamente desfigurado.

El se llama Richard Lee Norris y en 1997 un disparo accidental en el rostro destruyendo completamente su cara. Pasó años con el rostro desfigurado. Como nuestro protagonista de la película, Richard se sentía un extraño en su propio cuerpo: no se reconocía ante el espejo y sufría demasiado. Su familia, dolida por su angustia, decidió cubrir todos los espejos que había en la casa. Hasta que decidió someterse a una valerosa cirugía estética que le devolvería, en parte, su identidad física: un trasplante de cara (la intervención duró 36 horas en la que se le repusieron los músculos de la cara, la lengua, la mandíbula y los dientes y algunos de los nervios faciales).

En la actualidad Richard Lee Norris con su libro explicando su historia y su reciente aparición en la portada de revista de moda GQ, ha empezado a salir y dejar verse tras unos años muy duros de reclusión.

Sin embargo, la vida de Norris no es fácil a pesar de los cambios radicales que experimentó su rostro a partir de la "milagrosa" operación a la que fue sometido por el doctor Rodríguez. El riesgo de que su cuerpo rechace la nueva cara está latente cada día. "Todos los días me despierto con ese miedo: ¿es éste el día? El día que me vuelva a un estado de rechazo que vaya a ser tan malo que los doctores no puedan cambiarlo". Richard deberá consumir por el resto de su vida píldoras inmunosupresoras para tratar de evitar que eso suceda.

Su historia es real y ahora, con ayuda psicológica, enfronta esta nueva etapa de su vida.

Hay momentos en que este tipo de historias de superación, hacen albergar en nuestro interior, sentimientos encontrados. La angustia, el dolor, el sufrimiento, la superación, el coraje, el valor, la fuerza,… se unen en un cóctel de humanidad que hace que la vida nos muestra la cara y la cruz de una vida en un estado tan puro y vital, que somos capaces de llegar a sentir hasta lo que el protagonista de la misma, sufrió en propia piel.

La vida es corta y es mejor vivirla con una sonrisa.

MORALEJA: Hay una refrán que dice así: “A las penas, puñaladas”. Que es como decir,… no voy a dejar que nada ni nadie me amargue mi vida.

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