sábado, 7 de junio de 2014

PRUÉBALO CATORCE DÍAS





Las técnicas de ventas son las habilidades de interpretar las características de un producto y/o servicio, en términos de beneficios y ventajas para el comprador, persuadirlo y motivarlo para que compre el producto y/o servicio. Esto implica un proceso planeado, ordenado, lógico y analítico para beneficio tanto del comprador como del vendedor. Las técnicas de ventas implican saber: A) Qué hacer los primeros quince minutos de una entrevista; B) Cómo hacer una presentación de experto; C) Cómo expresar las características del producto y/o servicio; y D) Cómo presentar pruebas orales y escritas de los beneficios y valores (enlace web: http://www.monografias.com/trabajos72/tipos-tecnicas-ventas/tipos-tecnicas-ventas2.shtml).

En resumen, que las técnicas de ventas es conseguir que compres un producto CUESTE LO QUE CUESTE.

En un mercado como el español, falto de recursos monetarios, falto de gente con ganas de comprar algo que no sea, vital para la sobrevivir,… ¿Qué se suele hacer para que el producto sea más atractivo a los ojos de un comprador? Desde vender las segundas unidades de un producto al 70% más barata (el vendedor se garantiza dos compras de mismo producto y con uno compensa el coste de ambas); desde hacer un pack que una dos productos en uno a precios más asequibles (por ejemplo, como vi el otro día: vendían dos paquetes de pasta con una salsa en medio. El producto por si sólo, costaba más o menos la mitad. Pero junto, con salsa y todo, costaba el doble con el agravante o la suerte, de que venía la salsa, digamos que “gratis”); hasta ponerlos a un precio irrisorio pues están a punto de caducar (esto lo he visto en grandes centros comerciales tanto con los yogures, como con algunos embutidos embasados. No implican que estén en mal estado pero antes de contarlos como perdidas y arrojarlos a la basura por no poder comercializarse, pues lo sacan a la venta con un precio mínimo).

Si los productos no son de primera necesidad, en este caso comida e higiene, las técnicas de venta son un poco más estudiadas: compre ahora y financie en doce meses sin intereses (incluso así, no podemos olvidar, que le vendedor siempre saldrá ganando pues entonces, la venta en si, no tiene ningún sentido); o cómprelo ahora y por cada gol que meta su selección le reduciremos una cuota del producto adquirido (lo malo es si tu selección pierde en la primera vuelta que más que haber comprado algo para disfrutarlo te parece que has comprado un ataúd para que te entierren dentro con todas tus letras por pagar); hasta pruébelo catorce días (para probar la calidad de un producto y así, una vez hechos los tramites, que sea más difícil devolverlo).

En esta última técnica es el que hoy hago mas hincapié porque que no te guste y devolverlo después de catorce días, se puede hacer. ¡Nadie lo impide! Pero yo me pregunto… ¿Existirá un producto de prueba? Si existe este producto, tras el periodo de prueba,… ¿Te cambian el producto de prueba por el producto final? Y lo más importante y la vez más asqueroso, depende de cómo se piense: si no existe producto de prueba, si se puede devolver un producto tras catorce días de haberlo probado,… ¿Qué clase de producto estoy adquiriendo cuando compro? ¿El que alguien probó y no quiso? ¿O uno completamente nuevo? Da que pensar,… ¿Verdad?

Si ponemos que ese producto puede ser un colchón, los miedos sobre quien durmió antes se convierte en abismales. Imaginad, por un momento, que una persona lo hubiera probado y que, por desgracia, hubiera fallecido en dicho colchón. Lo hijos, rotos por la pena y ansiosos por desprenderse de todo lo que les trajera malos recuerdos, devuelven el colchón. ¿Qué te garantiza que no te van a encasquetar el colchón del muerto a ti?

O peor aún, que una persona a la que le gusten los animales, tenga su casa llena de toda clase y resulta, que por falta de pasta, no los tienes vacunados contra todo lo que deberían estar vacunados. Devuelve el colchón,… ¿Quién me garantiza a mi que no voy a coger pulgas cuando lo compre?

O peor aún, que haya servido de picadero ocasional en una residencia de estudiantes con una lívido desmesurado que aprovechaban el catre más de siete veces al día con personajes de todo tipo. ¿Qué pasaría si pasara la luz azul por mi nuevo colchón adquirido? ¿Sería capaz de encontrar un lugar que no hubiera estado impregnado por toda clase de lubricantes femeninos, masculinos o industriales?

En fin, que hay técnicas de ventas que más que ADMIRAR habría que TEMER pues alguien tiene que pagar los platos rotos, y normalmente solemos ser los compradores incautos los que los pagamos contra nuestra propia voluntad.

MORALEJA: Arthur Schopenhauer, filósofo alemán (1788-1860), dijo: "La salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás es nada."

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