miércoles, 25 de junio de 2014

LA POCA IMPORTANCIA DE PENSAR EN EL OTRO



Alguien dijo: “No hagas a los demás, lo que no quieres que te hagan a ti”. Siempre he intentado guiarme por esta, podíamos llamar,… máxima. Pero el que tú hagas lo que podíamos llamar como “correcto” no justifica para nada, que el prójimo, ese al que no quieres hacer daño, no te hiera y más de lo que pensaba.

Un santo, un cumpleaños, una celebración especial para ti, no siempre está ligada al conocimiento de que el resto del universo, sea conocedora de la misma. No hace falta decir, pues es más que reconocido, que los hombres son los máximos en olvidar de estas fechas. Siempre se excusan en cualquiera de sus atribuladas y distintos pretextos que suelen ser de lo más variopinto. ¿Hay que castigarles cuando algo así ocurre? Francamente no. Mas tampoco hay que dejar que pase como si no hubiera pasado nada.

“¡¡¡Las mujeres sois muy exigentes!!!” Si. ¡No lo niego! Somos exigentes pero ese mismo grado de implicación que invertimos en aquellos que nos importan, a los que no queremos ver sufrir, nos da esa potestad de molestarnos, de no dejar que la única fecha al año que recuerdan personas que sólo te felicitan por navidad, le quite importancia al echo de que TÚ te olvidaste y con ese acto,… me heriste. ¡No por olvidarte! Casi tendría que estar acostumbrada. Sino a que no lo hicieras porque,… estabas en pleno desenfreno, el típico y normal que provoca esta fecha con la cual comparto festividad.

¿Es tan difícil de recordar? Para los hombres, y no estoy en plan feministas ni mucho menos, es casi un imposible. Durante años de recordar fechas, de recordar cualquier pequeña cosa que era importante para unos y para otros, me ha hecho darme cuenta de que las personas no olvidan porque quieran olvidar. Simplemente somos tan insignificantes para ellos, para sus vida, que nada importamos.

“Haz las cosas sin esperar nada a cambio” es también una bella forma de ver la vida. Pero el estar ahí sin esperar nada, absolutamente nada a cambio, hace que a veces, por las circunstancias que estas viviendo, por ese momento de tu vida que parece desmoronarse por momentos, por vivir aislada completamente del resto de personas el resto de días del año, hace que necesites que los que quieres, los que amas, los que te importan, se acuerden de ti al menos, un día al año. Lástima que no todos lo vean así. Lástima, que la poca importancia de pensar en el otro, nos haga sentirnos heridos cuando nosotros somos la víctima y francamente humillados cuando no se persona que nosotros hayamos herido a alguien de la misma manera sin que ese sujeto lo mereciera.

El egoísmo suele ser así: Fácil cuando se trata de vapulear contra el otro. Difícil de soportarlo cuando los fustigados somos nosotros.

MORALEJA: François de la Rochefoucauld, (1613–1680) escritor, aristócrata y militar francés, dijo: “Es una prueba de poca amistad no darse cuenta del retraimiento de la de nuestros amigos”.

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