domingo, 9 de marzo de 2014

VOTOS MONÁSTICOS, VOTOS RELIGIOSOS O VOTOS CANÓNICOS



* El obispo de Tenerife: 'Hay menores que desean el abuso e incluso te provocan' (Enlace web: http://www.elmundo.es/elmundo/2007/12/27/espana/1198760752.html).

 

* "Cásate y sé sumisa". Declaraciones del Arzobispo de Granada (Enlace web: https://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=content&secc=view&id=2013111810).

 

*El obispo de Córdoba: 'La ideología de género quebranta los derechos fundamentales' (Enlace web: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/22/andalucia/1358857663.html).

 

* El obispo de Alcalá, ahora contra el feminismo: es un paso hacia "la deconstrucción de la persona". (Reig Plà asegura que en España el "feminismo radical" es conocido por "sus vinculaciones con los movimientos que promueven el aborto, el ataque al matrimonio monógamo e indisoluble y la maternidad"). Enlace web: http://www.eldiario.es/sociedad/obispo-Alcala-feminismo-deconstruccion-persona_0_221177901.html

 

Según Wiki la Iglesia católica (en latín: Ecclesia Catholica), es la Iglesia cristiana más numerosa. Se considera a sí misma un «sacramento», un «signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano», por cuanto ella misma se declara fundada por Cristo. Está compuesta por 23 iglesias sui iuris que se encuentran en completa comunión con el papa y que en conjunto reúnen a más de mil millones de fieles. Se trata de una comunidad cristiana que se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una sucesión apostólica nunca interrumpida, también compartida con la Iglesia ortodoxa.

 

Votos monásticos, votos religiosos o votos canónicos son los votos o promesas que distinguen a un religioso de un seglar dentro de la iglesia católica. Mediante ellos se pretende acceder a una vía espiritual a la salvación a través de la renuncia de placeres terrenales. Los votos son tres: pobreza, obediencia y castidad. Imitan, en el religioso, la vida de Jesucristo, según los consejos evangélicos.

 

Los siete pecados capitales (lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia, soberbia) son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana.

 

En el cristianismo, un obispo (del latín episcopus; en griego ἐπίσκοπος, 'vigilante', 'inspector', 'supervisor' o 'superintendente') es un sacerdote que recibe el sacramento del orden sacerdotal en su máximo grado, que es el episcopado. Casi todas las confesiones cristianas cuentan con obispos, como la Iglesia católica, las Iglesias ortodoxas y algunas iglesias protestantes. Desde un punto de vista etimológico, el obispo es aquella dignidad eclesiástica encargada del control y vigilancia del cumplimento de las leyes de la Iglesia o Derecho canónico en el territorio de su jurisdicción o diócesis. La Iglesia católica, de acuerdo con su derecho canónico, considera al obispo como el miembro de la Iglesia que ha recibido la plenitud del sacerdocio ministerial por el sacramento del orden, sucesor de los apóstoles y pastor encargado del gobierno de una diócesis; en virtud de la colegialidad, comparte con el papa y con los demás obispos la responsabilidad sobre la Iglesia entera. Los obispos poseen símbolos distintivos que muestran su dignidad. En el catolicismo, usan vestiduras de color, un anillo y una cruz. En las ceremonias solemnes, llevan la mitra y el báculo. Es un líder espiritual que sucede al Papa.

 

Es una pena que a sabiendas de todo esto, la iglesia no pero sí sus altos cargos hagan declaraciones donde los siete pecados capitales están visibles en cada una de las letra pronunciadas en cada uno de sus discursos donde EL BUEN CRISTIANO no aparece en ningún momento.

 

Lo mismo pasa con los votos que debería cumplir y no hacen. La castidad, que es el que más escandaliza con todos los casos de abusos que ha habido relacionados con la iglesia y aquellos que dicen ser sus representantes, parece más una pegatina para sus morales distraídas que para un verdadero “vigilante” de la doctrina cristiana.

 

Pese a que sus palabras estén henchidas de ira, soberbia, lujuria,… nadie de los que deberían alzarse para defender la verdadera iglesia y sus principios, pone fin a este desprestigio, malintencionado o no, por parte de sus acónitos. Sigue callado, haciéndose los permisivos en asuntos que como religiosos, no debería permitir jamás.

 

Si verdaderamente les importa sus rebaño señores, protéjanos de los que dicen ser los protectores, los vigilantes, los cuidadores de la moral cristiana. Más que sentirnos consolados no sentimos engañados y desamparados como creyentes. ¡¡¡HAGAN ALGO!!! Háganlo ya.

 

MORALEJA: San Agustín dijo: “Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error”.

 

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