sábado, 1 de marzo de 2014

VIVIR EL CARNAVAL


 

Lentejuelas de colores. Máscaras desemejantes. Pelucas con luminosidad estridente. Dientes falsos. Uñas simuladas. Cuernos ilusorios. Plumas perennes enredadas en boas larguísimas. Chupetes de medio metro. Pañales inmensos para adultos como niños. Infinitos maquillajes. ¡Todo vale para vivir el Carnaval! Y no importa si te pasas con el rímel, con la brocha, si te manchaste o pareces un fantoche a tus ojos. ¡Hoy vale todo!

 

Hoy las niñas pueden ser por un día las princesas de los cuentos. Hoy los niños pueden luchar disfrazados de samuráis. Hoy los padres pueden acercarse a un colegio con la tranquilidad de que pese a todo, sus hijos son felices jugando a la libertad.

 

Hoy, las no tan niñas, puede vestirse mas extremadas que nunca representado un papel apropiado para cautivar todas las miradas: gatita sexy, demonia traviesa, enfermera apabullante, policía dominante,…

 

Hoy, los no tan niños, también pueden calzarse sin temor alguno tacones de infarto, pelucones con melenas explosivas, minifaldas que quitan el hipo,…

 

¡Hoy toda vale! La música, los bailes, los movimientos del cuerpo en cualquier dirección y con cualquier corografía.

 

¡Hoy todo vale! Es el día de Don Carnal, antes que Doña Cuaresma, represiva, mojigata, severa,… devuelva de nuevo las cosas a su lugar.

 

Pero en el día de hoy no tengáis miedo de salir a la calle con algo diferente. No importa que no parezca mucho o que sea inapropiado para tu forma de vivir la vida, de mostrarte, de ser es alguien que tú mismo reprimes con temor para tus adentros.

 

Hoy es día, el mejor día, para vivir intensamente el momento y que mejor que jugando a ser niños que cogen una peluca y mirándose al espejo se dicen: soy una princesa, soy un vampiro, soy un payaso.

 

MORALEJA: Unas frases de Aurora Cáceres Moreno para poner punto final a este día de locura colectiva llamado Carnaval: “Las carcajadas resonaban confundiéndose entre el murmurio de los diálogos amorosos, las conquistas fáciles, las citas apremiantes. Las parejas se estrechaban en enamorado abrazo y el rumor de los besos carecía de ensueño en el bullicio público y licencioso de la vía pública. La risa del día de carnaval lo toleraba todo, lo festejaba todo, la risa pecaminosa, la risa de amor, de una alegría espontánea y despreocupada”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario