domingo, 1 de diciembre de 2013

LLEGÓ LA NAVIDAD

 

En las vías ya empezaron a tender las luces que cuelgan de lado a lado en las calles más importantes. Luces económicas de distintos colores y formas navideñas.

 

Los anuncios de juguetes inundan todas las bandas horarias desde primera hora hasta las tantas de la noche (los niños duermen temprano pero es como si ellos no lo supieran. Nos acosan emocional a los mayores los anunciantes para debilitarnos a base de machaqueo constante a tres bandas: niños, catálogos y spots con musiquitas pegadizamente horribles. ¡No me caen nada bien esa gente! Son peores que una tortura con agujas debajo de las uñas).

 

Aunque esos no son los peores de estas fechas: los de turrones, los de polvorones, los de lotería de navidad (¡Hay el anuncio de lotería de Navidad! ¿Por qué lo harán? ¿Por qué una cosa que se vende sola necesita un anuncio que en vez de animar deprime? Salen personas a las ponen para que salga raras o espeluznantemente horribles como si fueran monstruos salidos de películas de terror de los ochenta (en plan Freddy Krueger pero aún mas espantosos)), los bombones (sin licor o con y lo peor de lo peor de lo peor es que, siendo abstemia, te tiras a los de licor para que todos estos días parecen que pasen mas rápido).

 

Los belenes a los que todos ponen un “caganer” (muñeco típico de Cataluña que simboliza a un pastor haciendo de vientre con el pantalón bajado) pero con su figura mas “querida” ya sea Rajoy, Messi, Wert, Epi o Blas, Obama, Nadal, Marilyn, Hello Kity, Albert Einstein, entre muchos otros (hasta hay una de Urdangarin cagando y con una bolsa de dinero en al mano. ¡¡¡QUE MALO ES EL VICIO!!!).

 

Por todos lados árboles, copos de nieve de papel, luces de colores, pórex con purpurina, guirnaldas, Reyes Magos que suben por la terraza que no sabes si llamar a la policía o al psiquiátrico para que venga a recoger a la señora que los colgó por estar GRAVEMENTE desequilibrada pues no tuvo suficiente con los Magos Reales y el Papa Noel por el otro lado, ni con las lucecitas por todo el balcón de lado a lado encendidas toda la noche desde el día uno de diciembre hasta el treinta de enero que no sabes si vives en un piso o al lado de un puticlub con esos neones apagándose y encendiéndose. Que da unas ganas de gritar,… “¡¡¡SEÑORAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Que esto no es que ya esté fuera de lugar desde el día siete sino que da grima y todo”.

 

A parte de todo esto las compras, la gente comprando como si se fuera a acabar el mundo que si cordero (a precios escandalosos), que si pollos de granja rellenos (¿Alguien se ha preguntado porque sólo existen los pollos de granja en navidad? Pesan de ocho kilos para arriba eso con hueso que si son rellenos, pesan más), que si gulas, que si langostinos, gambas,… ¡¡¡Coño!!! Que después de tantas comidas obligadas y con las sales de fruta tomadas a diario para no disgustar a ninguno de tus familiares por no probar esto o aquello que cocino porque sabe que te gusta, te vas a casa y piensas,… “¿Lentejas para el uno de enero? ¡¡¡PORQUE NO UNA MACEDONIA COMO COMIDA DE AÑO NUEVO!!!” Y no, no sólo hay lentejas sino que queda turrones, y mazapanes, y neulas que no se pueden dejar para el año que viene porque caducan y… ACABAS ODIANDO LA NAVIDAD POR EL DOLOR DE BARRIGA QUE EMPIEZA EL 24 Y ACABA CERCA DE MEDIADOS DE FEBRERO.

 

Lo único que me gusta de estas fechas, aunque sea bondad fingida o no, es la recogida de alimentos, las campañas para conseguir dinero para juguetes, para abordar enfermedades importantes con la recaudación de dinero. ¡Esto si merece la pena aunque sólo sea una vez al año! Porque está claro que no todos pueden permitirse cenar manjares sino simplemente el comer, es una tarea muy costosa para muchos padres y madres de familia en paro y sin recursos. ¿Que sólo son donaciones sin importancia? Bueno, puede aunque yo no creo lo mismo. Hay personas que sólo son solidarias en estas fechas señaladas y otras que pese a disponer de capital, no encuentran nunca el momento para abrir sus carteras a los mas necesitados (ojala hubiera cundido el ejemplo en todos que a sabiendas como está el país, han cobrado su buen dinero para rodar un anuncio en vez de donarlo a una causa solidaria. ¡Ellos sabrán! Ni los gobernantes enseñan valores a seguir ni los que sucumben a sus malas decisiones muestras, aunque sólo sea una vez al año, su forma de decir NO a las injusticias sociales).


MORALEJA: Ricchard Lamm dijo: “Las Navidades son la época en que los niños le dicen lo que quieren a Santa Claus y los adultos lo pagan. Los déficits son las épocas en que los adultos le dicen al Gobierno lo que quieren y los niños lo pagan”.

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