lunes, 11 de noviembre de 2013

“ADORABLES VECINOS”


 

Todos hemos disfrutado en mayor o menor manera, con alguna serie como Aquí no hay quien viva o La que se avecina. Estas dos series en concreto hablaban, en clave de humor, de los problemas que comportaba vivir en una comunidad de tarados (desde el respeto por los actores y los papeles que han desempeñado).

 

Cuando pasamos a una comunidad de verdad, los tarados son de carne y hueso y por desgracia para nada son actores. Empezando por la zona mas baja de la vivienda, el parking comunitario, hasta la azotea que es la zona mas arriba de un piso, todo puede a llegar a ser un infierno con personas que tenderían que actuar como tales pero no es así.

 

Un par de ejemplos en primera persona:

 

·        En el ascensor de mi comunidad, por ejemplo, hay un letrero bien grande de PROHIBIDO FUMAR y ni mi vecino de por frente, ni su suegro que vive en el quinto se dan por enterados. Actúan como su les perteneciera la finca entera por tener dos pisos padre e hija.

 

·        No me digan como ni porque, mi vecina de enfrente deja siempre que viene su hijo las deportivas en el descansillo que compartimos ambas. Pero no sólo eso, si llueve los paraguas, si es medio día la basura y da asco, más que asco ver como tienes a veces que invitar a personas a tu piso y tener que ser la visión de calcetines y zapatos sucios, o paraguas mojados, o basura (ya se lo que están pensado, que vivo en una comunidad donde hay personas que son de otras etnias, o que son pisos de protección oficial, o que viven inmigrantes que parecen que son los que tiene la fama. ¡Pues no señores no! Aquí viven gente de aquí, de toda la vida. Eso si, que supongo que el apellido GUARRO o SUCIO lo tienen que tener hasta incrustado en las venas).

 

·        Hace pocos días hicieron obras. Bueno, pues cuando vuelvo a mi casa no puedo entrar por mi puerta pues habían colocado azulejos allí delante, como si mi puerta no existiera (es tan verídico como desesperante). Durante ese periodo, y sabiendo los problemas de suciedad, ruido que ocasiona una reforma tanto del baño como de la cocina, la señora de la casa, con todo su santo “coño” (con perdón), dejaba la puerta abierta de par en par. Tenía dolor de oído un día y le pedí que cerrara la puerta por mi salud. Se enfrentó a mi diciendo que lo mismo se oía con la puerta abierta que cerrada y que jamás se esperaba ese comportamiento de mí (¿Se lo pueden imaginar? Llamo al timbre y no me escucha. La puerta estaba abierta y la llamo por su nombre. Tenía dolor de oído, otitis fue el diagnóstico médico, y por decirle que cierre la puerta me dice que soy una mala vecina. ¿Perdón? ¿Yo soy la mala vecina? ¡Estoy con dolor de oído! ¿Sabéis lo que es ese dolor? Te molesta hasta el sonido de tu propia respiración y es una molestia francamente insoportable. Pues en vez de entenderme encima me recriminaba que le hubiera pedido, por mi salud, que cerrara la puerta de su vivienda que NO TENÍA PORQUE ESTAR ABIERTA ensuciando tanto toda la escalera comunitaria, como a mi dentro de mi casa que estaba frente por frente de la suya).

 

·        Sabéis que la gente normalmente mete en el coche el parking para evitar posibles rozaduras y demás de la calle. Pues en nuestro parking el problema viene con los propios coches de los lados y de atrás. Nuestros coches sólo tiene rozaduras por la puerta del acompañante que es la que el otro coche, el que aparca al lado, no tiene miramientos y abre golpeando una, dos y hasta tres veces al día sin importar quien es el dueño del vehículo de al lado. Cuando lo comentamos a la compañía de nuestro seguro nos dijeron que les facilitáramos las matrículas que ellos se encargaban de tramitar los partes pertinentes. ¿Creéis que tenemos que ir por la vida teniendo que ir de “chivatos” o de “denunciantes” porque las personas no sepan comportarse como está mandado? ¿Por qué parece que vivamos entres salvajes si hemos evolucionado? ¿Deberían volver a las cuevas muchos de nuestros vecinos por el bien de la convivencia vecinal?

 

·        En las fiestas de la ciudad, muchos compran petardos. Pues volvemos un día caluroso de verano y abrimos, obviamente, las ventanas para que corriera un poco el aire. Bien, pues ese mismo día, al novio de la vecina del cuarto, le dio por encender petardos y tirarlos por el balcón de su casa. Se me prendió un poco la cortina de mi habitación. Le llamé la atención y le dije que pararan. Tardaron sólo media hora en volver a tirarme mas petardos pese a estar avisados. Llamamos a la policía y entonces, dejaron de tirarlos y su novio se fue a escape de la casa. ¿Hay que poner en conocimiento del orden público un caso que se podía haber solucionado con un poco de sentido común? ¿Es qué tenemos que acostumbrarnos a llevar grabadoras y cámaras encima para demostrar las malas actuaciones constantes de los vecinos por si algún día no podemos más y tenemos que denunciarlos? ¿Por qué la palabra de unos tiene mas peso que la de otros? ¿Qué poderes ocultos tienen los que parecen ser los “reyes sin reino” de las comunidades?

 

Y así podría seguir hasta el juicio final. Los líos de faldas, si los hay entre unos y otros, a mi me la trae al fresco. Lo que encuentro grave por no decir lamentable, es que no sepamos vivir en comunidad, que protestemos tanto cuando somos los primeros que deberíamos callarnos por nuestros actos. A fin de cuentas todos somos humanos aunque por desgracia, eso, en más de un vecino, tendría que ser bien mirado y remirado por los científicos que buscan en la evolución un eslabón perdido. Estoy segura, que ese eslabón, viven en mi comunidad.

 
MORALEJA: Fernando Sánchez Dragó dijo: “El hombre es un animal no social, sino cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.”

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