lunes, 21 de octubre de 2013

“UN DESFILE DE POLÍTICOS”


 
 
Un muelle sin desembarco es un lugar para un desfile. Las cámaras se agolpan para sacar la foto adecuada. Los “modelos” toman posiciones. La pasarela esta especialmente confeccionada de trescientos féretros. Los políticos empiezan a desfilar pisoteando, no solo la madera sin muertos, sino el recuerdo, las almas, humillando si es posible más la memoria de los que lucharon por alcanzar la orilla soñada y perecieron en el mar.
 
¡Estos muertos no merecen un cementerio! Pese a que ya hayan sido enterrados muchos de ellos, niños y mujeres embarazadas intentando alcanzar un ilusión.
 
Primero fueron abandonados a su suerte. Después, sin vida, alienados en un hangar de un aeropuerto olvidados durante dos semanas. Dos barcos de guerra los trasladaron a Sicilia más tarde. Por último, lejos del lugar de su muerte, de sus lugares de origen, enterrados y celebrados sus funerales como si de un espectáculo se tratara en vez de un funeral como Dios manda en campo santo.
 
¡¡¡MUCHOS SERES HUMANOS NO TIENEN CORAZÓN!!! Muertos en vida que posan para la foto del momento con cara de pena, pero sin sentir jamás la tristeza. Muñecos de piedra a los que, según el traje que lleven, la cara se le amolda a cualquier situación requerida sin sentir absolutamente nada de nada.
 
Cuando uno tiene “vida” puede permitirse el lujo de llegar tarde una semana. A veces llegar tarde sólo trasmite indiferencia y falta de respeto (a parte de mala educación).
 
¿Funerales de estado? Promesa olvidada. ¿Un entierro unitario de los que fallecieron con un monumento para no olvidar jamás lo sucedido? Olvidado también. ¿Entierro? Dispersado, después de cargar los cuerpos de dos en dos con una grúa como si fueran cajas, sólo cajas, no el recuerdo de personas que murieron, a las que no se honrará, a las que se le está faltando el respeto incluso después de muertas (ellas ya no sientes pero sus familiares si. El engaño forma parte de la política. A ellos sólo les interesas quedar bien en la foto. Cara al centro, cara a la derecha, cara a la izquierda y sobretodo, con pena en el rostro. ¡Así es un desfile de políticos!).
 
¿Y las llamadas de auxilio que se llevan dando desde hace más de veinte años? ¡No escuchadas! ¡No interesa! Ese desfile no entra dentro de la agenda del día de un político (“No nos importan los avisos, sólo los muertos frescos”).
 
¡LAMENTABLE! Todo se ha hecho sin respeto, mal, a desgana (Lampedusa queda exenta de estos daños nombrados). Por suerte los muertos ya no sufren.
 
MORALEJA: La madre Teresa de Calcuta dijo: "La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis, sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos".
 

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