domingo, 4 de agosto de 2013

PASTEL DE CUMPLEAÑOS


¿No os da rabia tener que explicarle o completo desconocido tu vida por una simple demanda de un servicio? Por ejemplo vas a buscar un vestido elegante y dices,… “Quiero probarme ese de talla tal” Y la dependienta te pregunta,… “¿Para qué lo quiere?” Si respondes,… “¡¡¡PARA HACER TRAPOS!!!” Incluso es capaz de hacerte sacar por la policía de la tienda de ropa de marca que le dejó la madre a su esposo para que su preciosa mujer rubia se sintiera por una vez útil en toda su larga y patética existencia de niña pobre que busca pegar el gran braguetazo de su vida. Si te da por responderle “¡Para una boda!” y resulta que tiene tonos blancos combinados con unos preciosos toques de negro es capaz de decirte: “No,… un vestido blanco no es apropiado para una boda” ¿Pero será boba? ¿Y si es una boda hindú? Lo que sería una grosería es ir igual que la novia vestida y nadie tendría porque opinar si tú quieres probarte ese vestido y llevarlo. Imagina por ejemplo, que un chico que te gustó siempre, se va a casar con la mujer mas gilipuertas de la faz de la tierra y tu, que siempre te gustó él, decides putearle un poco por haberte invitado a ver como se casa con una cualquiera pillada en cualquier Pub de alterne de cualquier polígono de la zona. ¿Por qué no puedes llevar un vestido blanco con toques negros? ¿Por qué no es lo correcto? ¡Y que me importa lo correcto! Peor es que él sabía que yo estaba enamorada de él y a sabiendas, tratara de hacerme daño con esa invitación. ¿Por qué no puedo putear yo un poquito a su futura mujer en su propia boda? ¿Qué impide que pueda ser un poco bruja una vez al año donde yo decida y contra quien yo quiera?

 

Pero lo peor de todo no es pedir un vestido elegante para un evento cualquiera y verte interrogada con la pregunta más absurda del mundo sino ir a encargar un Pastel de Cumpleaños y pedirlo de un kilo para cuatro días mas tarde y la dependienta te diga,… “¿Cuántos van a ser?” ¿Perdón? ¿Es esto un restaurante y me he confundido de puerta?  Y en ese mismo instante te dan ganas de ser ingeniosa y decirle: “Es qué he tenido un sueño y se que ese día va a ser duro y quiero darme un homenaje porque yo lo valgo”. O explicarle: “Somos cincuenta pero los otros lo prefieren de la pastelería de enfrente que los vende mas baratos que aquí”. O responderle: “No, si no es para comérnoslo. Es para realizar un tipo de ritual de fertilidad y el pastel es uno de los componentes de la pócima junto a un gnomo, un ratón que dice la verdad en húngaro y una serpiente Kaftkitianha del norte de la península de Peloponeso para hacer una crema para untar en el bajo vientre. ¿Cómo saldrá el invento? Señora,… eso francamente es todo un misterio”. O contestarle: “Somos tres pero sólo comerá la cabra y con su marido que son los que acaban mas agotados”. Si,… esta es la más grosera de todas pero es que ya esta bien. Si tu dices quiero un pastel de nata, trufa con yema quemada de un kilo que importa que seamos uno, dos, treinta o una tropa de zombis hambrientos. ¡He dicho un kilo! Si yo deseo poner más o menos a mis invitados es problema mío. Al final, intentas cambiar de tema para no tener que responderle y sales de la pastelería pensando,… ¡¡¡QUE SOLA QUE ESTÁ ESTA MUJER EN LA VIDA!!! Tiene que vivir mediante los ojos de los demás. Así que te alejas compadeciéndote de su estupidez y temiendo a la vez que no haya entendido la comanda y que de aquí cuatro días, tengamos que tener otra charla trascendental sobre un pastel de cumpleaños.

 

MORALEJA: Richard Hugo dijo: "El trabajo endulza la vida; pero no a todos les gustan los dulces". Dedicado a todos los que hoy y mañana cumplen años en especial a las personas que tuvieron que ir a la pastelería a encargar su pastel.

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