lunes, 10 de junio de 2013

CONSEGUIR SER ‘MUSA’ DE ALGUIEN


 

 

Un día cualquiera te levantas de la cama y empiezas a hacer tu día a día: recados, trabajo, casa,…

 

Durante largo tiempo te han dicho que eras ‘musa’ de algún poema reutilizado para ti pero realmente,… jamás lo creíste (y la explicación de no creerlo es tan sencilla como pedir un poema de algo vivido con el poeta y ver como, sin remedio, permanece no escrito para siempre. ¿Una musa no inspira? Inspira sin el ser inspirado no piensa con lo que tiene debajo de la bragueta del pantalón o entre pierna y pierna).

 

Alguien, un amigo de verdad o una amiga, pasa una tarde contigo y de golpe, como una revelación, ve lo que estaba buscando en cada gesto tuyo, en cada risa, en cada movimiento preciso sin precisión. ¡Eres su verdadera musa! No sabía cuanto de especial se ocultaba en aquella chica de la sonrisa preciosa, de la cara risueña, de la mirada pícara. Pero, cuando el arte entró en escena y tu estabas allí en ese instante precioso donde la creación toma nombre de inspiración, una revelación inunda su retina y tú,… eres parte de esa nueva luz.

 

Nunca te lo habías planteado pero realmente,… ¿Quién no quiere ser MUSA en algún momento de su vida? A mi me llegó ese delicioso regalo cuando tenía treinta y cinco sin ser nadie de aquellas que consigue petrificar a un hombre con una mirada, con un gran escote, con una sublime cabellera rubia, con un cuerpazo de infarto. Llegué mas allá siendo simplemente yo hasta tocar la fibra, el alma del artista, la delicia del creador de belleza hecha palabra, lienzo, foto, poema. ¿El resultado? ¡Sublime! No por formar parte del proyecto sino por vivirlo en primera persona y ver que hay otros ojos, que por fin, han conseguido captar ese momento mágico de hermosura.

 

¿Vanidad elevada a la máxima potencia? Podría ser que de golpe me hubiera llegado el regalo de ser inspiración de alguien con sentirme un poco vanidosa. Pero también tengo que decir, que pasado los veinticinco, después de miles de entrevistas nefastas, de personas que me insultaron con algo más que ofensas (con actos indecorosos para ser mas claros), si la vanidad llama a mi puerta, la dejo pasar un rato y no me sabe mal hasta ponerle un Gin tonic.

 

MORALEJA: Palabras inspiradoras de mujeres increíbles:

 

“Diré lo que siento y hablaré de mí misma hasta la última página, y no pediré perdón”.


Elizabeth Smart

“No es cobarde mi alma. No tiembla, en la espera del mundo, turbada por tormentas”.


Emily Brontë

 

“No quiero la terrible limitación del que vive tan sólo aquello capaz de tener sentido. Yo no: quiero una verdad inventada”.


Clarice Lispector

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