miércoles, 8 de mayo de 2013

LLUEVE (poema)


LLUEVE

 

Llueve.

Mi cuerpo empieza a arder

con cada fría pizca.

Un cascada sin fin de caricias heladas,

encienden mi alma,

aprieta hacia adentro mi ser,

deseando liberarme de la piel,

de la carne,

del músculo

para ser todo lujuria.

 

Llueve.

Huele a gota,

a rubor incoherente,

a profunda lascivia.

 

Llueve.

Dos cuerpos no son suficientes.

Uno,… para la pasión

desbocada es insuficiente.

 

Llueve.

Sucumbe la boca,

fallece la mano,

muere el latido.

 

Llueve.

Estalla el gemido,

se funden la sensualidad,

se eriza el capricho.

 

Llueve.

Atraviesa la gota,

la cueva cerradamente

abierta de par en par,

se adentra muy dentro hasta

oír el grito silenciado

de la ardorosa templanza.

 

¡Llueve!

Mi deseo no es saciado jamás.

 

¡Llueve!

Mi alma arde muriendo

poco a poco en tu piel.

 

¡Llueve!

Mi cuerpo yace agraviado

en un lecho sudorosamente vacío.

 

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