viernes, 10 de mayo de 2013

CASTILLOS DE ARENA (poema)


 
CASTILLOS DE ARENA

 

Se destrozaron todos los castillos

que construí con mis manos al borde

de aquella playa inmensa que

rodeaba nuestro pequeño mundo.

 

Una ola solitaria, enorme,

 acabó con ellos al instante como

 el que araña la carne haciendo

 herida poniendo punto y final a

 la magia de un día cualquiera.

 

¿Rutina? Jamás lo fue.

 Tampoco fue costumbre pese

 a que se arraigara

a nuestros corazones

 con cariño,

con algo de amor,

con mucha ternura.

 

No fue tampoco

 la institucionalización

de un día, ni el verbo

 perdido sin

 nombre ni apellidos,

ni el decoro,

ni el pudor,

ni la coherencia.

 

¡Las cosas se acaban!

No hace falta el punto y final

 sólo una gota de sangre,

un no jamás aprendido,

un hasta siempre oculto en el silencio.

Se perdió mi mundo en el infinito mar.

 Se perdieron mis ganas,

 mis deseos ocultos, mis fuerzas

para evitar un final anunciado.

 


Se perdieron las formas,

los te quiero marchitos, los castillos

 llenos de recuerdos ficticios.

 

¡No hay mundo para princesas con muros de arena!

 

Si existen las tapias sólidas

 para las princesas caducas,

 aunque tengan fecha limitada,

tiempo imperfecto,

lugar oscuro o lugar perdido.

 

Ellas siempre estarán primero,

siempre por encima cavando

debajo de nosotros nuestra propia fosa,

 en nuestra propia playa.

 

Ya no quedan castillos de arena,…

sólo soledad y lágrimas sin gotas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario