viernes, 5 de abril de 2013

MOMENTO ADECUADO, PERSONA APROPIADA



 

Hay momentos en la vida que merecen no ser recordados nunca. Sólo el hecho de pensar en ellos causan un dolor tan grande en tu mente, en tu cuerpo, en todo tu ser, que temes hasta pensar en intentar pensarlo.

 

Pasa el tiempo. Crees tenerlo todo controlado bajo escombros de recuerdos menores (algunos buenos y otra nos). Empiezas a confiar de nuevo en que todo es posible. Pero un corte, una rasgadura, un grito fuera de lugar, un NO no escuchado te hace volver a ese momento dolorosamente duro. Empieza a costarte respirar, todo se nubla a tu alrededor y aquello que creías olvidado, cobra vida ante tus ojos una y otra vez. ¡No se puede borrar el pasado! ¡No se puede nunca!

 

Un día, no importa muy bien cual, algo se dispara en tu cuerpo. Empiezas a desear ser completa al cien por cien (hasta ese momento te faltaba un trozo, un pedazo muy importante de lo que fuiste y ahora no eres).

 

No te planteas nada, pero nace una inquietud que hace que algo dentro de ti se contradiga por entero.

 

Pasan las horas, los días, los meses y sin saberlo, tus pasos te van acercando a ese momento adecuado, a esa persona apropiada que te ayudará, sin saberlo en un principio, ha cicatrizar heridas profundas, hondamente arraigadas.

 

El miedo te recorre todo el cuerpo. ¿Cómo puedo confiar en esa persona? ¿Cómo explicarle sin que te vea como un ser extraño, lo ocurrido? ¿Cómo enfrentarse directamente a ese momento desde el presente?

 

Un día cualquiera, sin nada en especial, una mañana, abres tu correo y aparece el siguiente mensaje:

 

“El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma”.  Aldous Huxley

 

No es un correo Spam, ni lo envió un amigo, ni nadie remotamente conocido. Como salido de la nada, como si el mismo universo te estuviera dando una respuesta que necesitabas, ahí estaba esa frase y la respuesta a una suplica: ¿Qué debo hacer?

 

Pocos minutos mas tarde alguien que estaba allí desde hacía tiempo, te tiende una mano y empiezas a vislumbrar un posible reencuentro contigo misma, con tu yo completo y pese al miedo, que existe y que se irá poco a poco (o al menos es lo que tu misma te dices), tiendes tu mano y recibes esa ayuda que tu cuerpo necesitaba, que tu mente necesitaba, que toda TU necesitabas.

 

El camino sólo acaba de empezar. Nada se ve aquí tan cerca del principio y tan lejos del fin. Lo único que tengo claro es que no camino sola,… eso me da fuerza para dar un nuevo paso, y otro, y otro y otro,… hasta que llegue el final y la pesadilla, haya llegado a su fin. No importa si pasa un día, una semana, un año. Lo importante, lo realmente importante es que empecé a caminar por ese camino. Lo que tarde en volver a ser yo, eso, realmente, es secundario.



MORALEJA: Jean Paul ((1763-1825) Escritor y humorista alemán) dijo: “Los tímidos tienen miedo antes del peligro; los cobardes, durante el mismo; los valientes, después”. ¿Seré yo uno de esos valientes?
 


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario