martes, 30 de abril de 2013

DE COCINERA A CAMARERA (relato)


 

Era sábado al medio día de un precioso fin de semana de junio y me tocaba trabajar en la cocina del hotel dónde trabajaba. Teníamos que preparar el banquete de una boda. Empezamos por los aperitivos fríos dejando preparados los calientes para cuando llegaran los invitados prepararlos rápidamente. De primero había barca de piña con langostinos y de segundo cabrito al horno en salsa con guarnición.

 

Estaban a punto de llegar los invitados cuando el responsable de camareros se dirige a mí y me pide que le ayude. Le han fallado un par de camareros y me necesita sirviendo las mesas. Le digo que también hago falta en la cocina pero dice que no es excusa. Me tira el uniforme sobre el pecho y me ordena que me cambie rápido que los invitados están en la puerta. No es mal hombre me dije pero tiene un mal día.

 

Me fui a los vestuarios y me cambié de ropa. La camisa blanca me iba muy justa. La falda me estaba bien pero como yo era más alta que las camareras normales, no me llegaba por encima de las rodillas sino un palmo por encima de estas. Como en cocina llevaba uniforme de color granate me había puesto sujetador negro y ahora con la camisa blanca,… se notaba toda la blonda negra que cubrían mis pechos. “¡Nadie se dará cuenta!” Me dije para mis adentros.

 

Empezamos a servir los aperitivos en la carpa situada en el jardín del hotel. Intentaba hacerlo lo mejor posible pero no estaba acostumbrada a ir con bandeja y no sabía caminar con los tacones por el césped del jardín. Me dirigía a la última mesa con mi bandeja cuando tropecé y un hombre me ayudo a que no me cayera al suelo evitando también que perdiera la bandeja. Su mano me rodeo con una rapidez pasmosa la cintura y su otra mano la dedico a aguantar la bandeja. Me incorporé de seguida y le dí las gracias. Su mano, sin saber por qué, seguía en mi cintura como si temiera a que me cayera al suelo y al darle las gracias pude ver que me miraba el escote, las trasparencias de la blusa blanca y que se sonrojaba por la insolencia. Me pareció encantador que se sonrojara ya que no era un jovencito sino un hombre maduro, de aquellos que parecen seguros de lo que hacen. Le sonreí para que se relajara un poco, dejé lo que había en la bandeja en la mesa que estaba a su lado y me volví a la cocina.

 

Volví a llenar la bandeja con los entrantes calientes y volví a salir a servirlos. Intenté buscar a mi pequeño amigo que evitó la caída pero no lo encontré. Intenté ser firme en mis pasos y todo fue bien.

 

Los invitados entraron en el gran comedor y empezamos a servir el primer plato. Me tocaba servir tres mesas del fondo así que tenía que tener cuidado con los tacones para no caerme. Serví un plato por plato a cada uno de los invitados y cuando llegué a la tercera mesa y estaba a punto de servir el penúltimo plato, sentí como un hombre me rozaba los pezones al levantarse. Era el hombro de mi salvador de la caída del jardín y ahora la que se sonrojaba era yo. Me sonrío y me dijo,… “¿Y nos dejaremos para el postre?”. Me pareció algo tan simpático que me fui a la cocina tranquila aunque un poco excitada. Empezó a sonar la música y aunque los novios no habían abierto aún el baile, la gente empezó a ir a la pista para bailar. Serví el segundo plato y él no estaba en la mesa sino que tenía a una niña pequeña sobre sus pies bailando con él en mitad de la pista. Me pareció tan tierno que me quedé un rato embobada mirándolo. Empecé a caminar absorta y sin darme cuenta, me choqué con un camarero que empezó a servir el cava y acabé empapada de la cabeza a los pies. Salí avergonzada del comedor sin mirar atrás y cuando entré en la cocina me despidió el jefe de camareros.

 

Salí corriendo hacia el jardín sin recoger mis cosas porque sentía que me iba a desmoronar y no quería que me vieran llorar. Me senté en las escaleras y empecé a llorar. Vi que alguien me ofrecía un pañuelo de tela para secarme las lágrimas y sin mirar quien era, lo cogí y me sequé los ojos. Mi salvador era el que me había entregado el pañuelo y se había sentado a mi lado con las cosas de mi taquilla. Me dijo que se las había dado la jefa de cocina. “¿Dónde me voy a cambiar ahora para irme a casa?”. Me ofreció que le acompañara a una habitación del hotel que se encontraba junto a la piscina. Se arrodillo delante de mí y me quitó los tacones. “No quiero que te caigas”. Cuando me incorporé para levantarme y aunque iba sin tacones, me resbalé en un escalón y fui a parar encima de él. Tenía sus labios a unos escasos centímetros de distancia y notaba como jadeaba por el esfuerzo de evitar que me cayera. Eso me excitó mucho. Me besó suavemente en los labios y se apartó ligeramente para susurrarme,… “¡Sabes a cava!” Le respondí que toda yo estaba cubierta de cava y él me respondió,… “¡Déjame que me emborrache esta noche contigo!” Esta vez fui yo la que se inclinó sobre su boca para saborear sus labios. Los besaba delicadamente mientras su legua acariciaba la mía en mi boca. Mordí suavemente su labio inferior mientras que nos dirigimos a un lugar apartado del jardín. Allí, al aire libre, con la música del baile sonando, empezó a desabrocharme la blusa. Acariciaba mi cuerpo después de que su lengua me liberaba poco a poco del cava. Mi falda cayó encima del césped y poco después le siguió mi sostén y el culotte. Mientras seguía liberándome del cava con su lengua, succionándome cada centímetro de piel, noté como se despojaba poco a poco de su ropa. Mientras me lamia con cuidado la nuca una de sus manos acariciaban mis pezones y otra se adentraba poco a poco en mi sexo húmedo y caliente. Su mano era diestra y mis gemidos se acompasaban a sus movimientos mientras su sexo crecía en mi espalda. Notaba su virilidad cada vez más grande. Le aparté las manos y me di la vuelta para besarle. Empecé a acariciar su pene erecto y el gemía con cada caricia. Besé su cuello, me recliné en su pecho para deslizar mi lengua sobre sus erectos pezones. Mordí suavemente todo su pecho y besé el final de su cintura para acabar arrodillada frente a él. Me introduje su sexo en la boca y lo empecé a devorar suavemente. Mi boca se deslizaba acompasadamente por aquel inmenso templo de sexualidad masculina que se alzaba ante mí con pasión y deseo. Mordí suavemente su sexo y deslicé mis dientes sin apretar demasiado desde la cintura hasta la punta con cuidado. Lamí con mi lengua toda su punta y le dediqué caricias muy tiernas y apasionadas a las que él respondía con gemidos agradecidos de deseo. Su ambrosía se derramó en mi boca y él, agradecido, se arrodillo frente a mí y empezó a besarme el cuello. Su boca se deslizo hasta mis senos que empezó a mordisquear con mucha pasión y deseo desenfrenado. Yo no podía dejar de gemir y cuando sentí que su mano se adentraba nuevamente en mi sexo no pude contener el primero de muchos orgasmos. Sus dedos eran diestros y se movían dentro de mi cueva con mucha destreza y acierto. Con cada embestida de su mano, mi sexo se derrama en un orgasmo que se encadenaba con el siguiente. Paró su mano después de muchos derrames de placer y se dedicó a acariciar con delicadeza mi clítoris que estaba inflamado de deseo. Sus dedos se movían arriba y abajo sin descanso hasta que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y me abracé a su cuerpo rodeado por un grito inmenso de delectación sexual. Se apagaron las luces del jardín y quedó todo a oscuras. No incorporamos y cuidadosamente no fuimos a la piscina. Nos metimos los dos en ella y empezamos a inflamarnos de nuevo de placer. Me recosté en un lateral de la piscina y el se adentro con su sexo en mi sexo. Se movía con pasión y al poco tiempo otro orgasmo recorrió mi cuerpo saturado de ardor sexual. Necesitaba sentirle mas adentro y le dí la espalda. Él entendió mi propósito y mientras su sexo se adentra en mi trasero sus manos apretaban fuertemente mis pechos mientras se deslizaba su cadera de forma acompasada golpeando mi culo con cada movimiento diestro. Sus gemidos se incrementaban y acrecentaban los míos. Su manos se deslizaron hacía mi cintura para aferrarme mejor a su cuerpo. Pero con una era capaz de ayudarme en sus movimientos y pronto se volvió a adentrar en mi sexo ardiente. Los gemidos iban en aumento cuando los dos nos fundimos en un orgasmo bestialmente increíble. Me besó en los labios y salió de la piscina para recoger sus ropas y las mías. Me rodeo con su camisa el cuerpo empapado y nos fuimos hasta su habitación evitando ser vistos. Nos metimos en la ducha y nuestras manos siguieron con las caricias, con los besos, con el deseo en estado puro. Me ayudó a salir de la ducha y mientras me secaba cuidadosamente, me cogió en sus brazos y me llevó a la cama. Me tumbó cuidadosamente en la cama y mirándome fijamente a los ojos, sonrió y me dijo,… “¡Gracias por ser mi postre!”. Me besó en los labios con pasión y empezó a dedicarme de nuevo sus apasionadas caricias dejando visible que ninguno de los dos dormiría aquella noche.

ESPERANZAS EXTERIORES (poema)


 
ESPERANZAS EXTERIORES

 

Entre árboles olvidados,

entre castillos de arena,

entre playas olvidadas

paseó un esperanza negra.

No hay dolor,

no hay pena,

no hay corazón,

ni voracidad exterior,

ni esperanza nueva.

 

Hoy si te veo ni te saludo.

Prefiero la sordera a oír de nuevo tu voz.

Mi ceguera me aleja de tu rostro.

 

No toco tu cuerpo,

como tampoco lo hice ayer,

ni antes de ayer,

ni el día anterior.

 

No busco buscarte porque no quiero ni soñarte.

No me alejo porque jamás estuve cerca.

No vuelvo a ti, … jamás fui tuya.

 

No hay enajenación en mi prudencia.

Las ilusiones débiles agotadas

se cansaron de juramentos pueriles.

 

Amor encelado no es amor.

Te quieros viejos de boca muerta.

Desencantes de mi corazón

que una vez tuvo tañido.

 

lunes, 29 de abril de 2013

A MIS MUSAS (poema)


A MIS MUSAS

 

No os veo,… os siento.

Las madrugadas malditas

que conjuráis en mi contra

arrastrándome sin sentidos

contra un folio en blanco

os injuriaría con los

ojos aún cerrados

cuando desnudáis mi alma

por entero hasta dejar solo

un bello sentimiento

cargado de pasión incontrolada.

 

Siento odiaros en los días fríos.

Mi cuerpo hacéis rebotar

en la cama prendido de fuego callado.

Entre delirios de noche, sueño e inspiración,

mi mano extendéis en busca

de una libreta humilde,

que prende cobrando vida

con mi inmenso deseo

callado oculto en el verbo.

 

Perdonarme cuando os aborrezco

después de una noche insomne.

Empujáis mi cuerpo de madrugada

atravesándome con lazas llameantes.

Mis manos en busca de un ordenador apagado,

se deslizan sobre un teclado desesperadamente,

para que vuestros susurros desesperados

no se pierdan en la sombras.

 

Disculparme los llantos que acompaña

a un cuerpo terrenal poseído de cordura humana.

 

Disculparme por la forma y el trato.

Disculparme por el modo y el tempo.

(¿Quién puede acusarme de despojarme

de mi espíritu a vuestro lado sin tener

en cuenta la rima ni la métrica?)

 

Disculparme por las quejas,

por no escucharos más,

por acallaros con belladona

para conciliar el sueño

sin vuestras voces.

¡Mi cuerpo mortal clama

a gritos su descanso!

Me dejo vencer por la cama

en vez de por la esencia.

 

¡Perdonarme si podéis!

Os necesito cerca mis musas,

aunque no sepa trataros como os merecéis.

domingo, 28 de abril de 2013

MAPA PARA UN AMANTE PERDIDO (poema)


 
 
MAPA PARA UN AMANTE PERDIDO

 

Sigue el rastro de mi aroma.

¿Lo recuerdas?

Quedó impregnado

en cada pliegue de tu piel

en aquel cuarto oscuro

donde ambos compartimos

algo más que palabras.

 

Tuerce a la derecha

cuando llegues a mi sombra.

Deslízate suavemente,

por la pendiente turbia de mi silueta.

 

Sigue la senda

dejada por las huellas

de los neumáticos

de tu blanco coche

sobre un asfalto

aún húmedo por la lluvia.

 

Gira en el borde de tu cuello,

en ese punto exacto

donde tu respiración

se convirtió en gemido naciente.

 

Toma aire al subir la cuesta

a la que no pudiste acceder

ese día que estaba

justo frente a mi boca.

 

No te pares ahora,

no desistas en tu búsqueda,

no te canses ahora que estás tan cerca.

 

Camina inexorablemente

hacia mi pecho,

ese que te volvió loco

a simple vista cuando

yo aun no sabía

que me observabas

en la distancia.

 

Estréllate contra mi,

ahí nace el tesoro

que sólo compartí contigo.

 

¡Ven en su busca!

No tardes mucho.

El mapa es claro

y el amante,… sólo eres tu.

sábado, 27 de abril de 2013

¿ENTONCE PARA QUE SE HIZO LA REFORMA LABORAL?



 

Cuando empezó a gobernar de nuevo el partido de la oposición del anterior gobierno y lo consiguió con mayoría absoluta, más de uno dijo que eso no era bueno. No se puede conceder a NINGÚN PARTIDO LA MAYORÍA ABSOLUTA NUNCA sin pactar con otros pues entonces se produce lo que podía conocerse como una especie “dictatorial” de aplicar sin sentido todas las reformas, leyes y demás, sin tener que dar explicaciones ni siquiera a los que les han votado, durante cuatros largos años.

 

Todos, en menor a mayor medida, cuando hemos visto la aprobación de algunas de las leyes, reformas, impuestos, etc., nos hemos puesto las manos en la cabeza diciéndonos a nosotros mismo,… “¡Esto no va a funcionar!”

 

Luís, Soraya y Cristóbal han salido hoy a la arena y han dicho que en esta legislación (y eso que faltan dos años para que finalice) ya tenían asumido que no iba a disminuir la tasa de paro en España. Y supongo, que a la misma hora, más de seis millones de estoques se han alzado indignados con una sola pregunta en la punta del mismo,… ¿Entonces para que se hizo la reforma laboral?

 

Cuando se aprobó la polémica reforma todos pensamos más o menos lo mismo: es una forma “legal” para que los empresarios les salga casi gratis el poder despedir a quien cese de su plantilla ya fueran hombres o mujeres. Pero para rizar el rizo, hasta los despidos, si venían precedidos por un ERE por parte de la empresa, beneficiaba al estado que reducía en cuatro meses el paro que le correspondía por ley a esa persona antes de la reforma.

 

Vimos desfilar por la televisión y de nuevo por el youtube varios casos de mujeres que estaban embarazadas o en baja maternal que había sido despedidas porque la empresa justificaba con ese ERE un despido por falta de trabajo cuando desde dentro, se presionaba a los demás a que dieran más por menos dinero o encubriendo horas extras con esas “contabilidades en B” que existen en todas las empresas y que jamás salen reflejadas en ninguna parte (salvo en copias de seguridad o programas más “habituales” u obsoletos estratégicamente bien escondidos para no ser pillados por el fisco).

 

Pero no sólo las mujeres fueron a las únicas que despidieron junto a sus hijos no natos sino también a hombres que estaban pasando por la recuperación de una operación o una lesión de gravedad causada en el trabajo por un trabajo continuo y mal pagado.

 

El reconocimiento de su error, pese a ser un pobre gesto semidigno, no les ha hecho volver atrás y eso sí que no es nada honorable. Los hombres y mujeres que se encuentran sin empleo gracias a esa inútil reforma laboral que de nada ha servido ni de nada servirá a los verdaderos trabajadores, no será modificada ni denegada o derrocada. Es insulsa, inservible, francamente inútil y pese a reconocer que no habrá una mejora en la disminución del paro, esta sigue en vigencia para seguir atormentando y presionando a los trabajadores en activo por sus superiores y dejando más abajo si cabe, a aquellos que nada tiene o que les queda poco sin que de verdad, haya una verdadera salida en este país que ellos han convertido en un juego en el que ya no hace gracia nada.

 

MORALEJA: ¿Por qué se reía Soraya? ¿Quizás por qué a ella si le hace gracia la subida de paro en España y la posible derogación de las eventuales pensiones futuras que quedarán? Nenita, tienes un sentido del humor un tanto macabro. Sinceramente creo que habiendo más de un treinta por ciento de paro en algunas comunidades, tendrías que dejar esas “risotadas malévolas” para momentos en los que las cámaras de televisión no te enfoquen cuando Mariano intenta quedar una vez más de nuevo delante de Europa sin conseguirlo.

jueves, 25 de abril de 2013

CARTA DE DESPIDO DISCIPLINARIO AL GOBIERNO ESPAÑOL





CARTA DE DESPIDO DISCIPLINARIO AL GOBIERNO ESPAÑOL

 

A todo el gobierno Español que gobierna en este momento nuestro país.

 

En España a 25 de abril de 2013

 

Muy Sres. nuestros:


A través de la presente carta, les comunicamos la decisión de extinguir la relación laboral que ustedes mantenía con nosotros a través de despido disciplinario, fundado en las facultades que nos asisten en virtud el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores y de todos los  artículos de la Constitución Española amén de algunos otros de los Derechos Humanos que ni hace falta enumerar ya que son obvios por desgracia.

 

Los motivos de dicha decisión y que justifican el despido disciplinario son los siguientes: modificación de las leyes de contratación y laborales causando un incremento de la tasa de paro que ha alcanzado cifras astronómicas jamás pensables en un país del tercer mundo, cierre de centros de salud por la norma de PORQUE YO LO DIGO intentando ocultarlo esa norma en la reducción de un presupuesto que jamás mostró los sobres que volaban dentro de las puertas de su propia “casa”, falta de consideración con estudiantes, profesores, médicos,… funcionarios en general, reduciendo sus sueldos y eliminando sus pagas cuando en su propias personas, nunca se redujo ni un céntimo de su pagas extras, por aceptar sobornos (que de supuestos no tienen nada), por distorsionar la verdad para engañar al pueblo (el 11M no fue ETA y aún no han reconocido su error ni ante las víctimas ni ante nadie), por meterse en una guerra que nada tenía que ver con nuestro país para demostrar que las únicas armas de destrucción masiva que habían era su mala cabeza que llevaba a los militares a luchar por nada, entre infinidades de barbaries y atrocidades que estremecen hasta el mas curtido en la materia.

 

Tales hechos suponen una infracción MUY GRAVE que justifica el despido que se les aplica como sanción y que tendrá efectos desde la fecha de hoy.




Del presente escrito se da traslado al comité de empresa a los efectos oportunos.



Por la empresa: INME

 


Fdo.:

 

Seis Millones Doscientos

Dos mil Setecientos

Siete parados

 

PD: Pero no se preocupen que como es un despido procedente, no tendrán derecho a paro pero hay unas vacantes en el polo norte para que empiecen a saber lo que es trabajar de verdad, limpiando los dientes de las focas bajo temperaturas bajo cero. Dormirán en cómodos iglús y sus casas, formarán parte de la deuda contraída con el pueblo de España para que podamos empezar de cero sin tantos vagos y maleantes. Según su política no pueden rechazar una oferta así que, buen viaje y no vuelvan nunca (y si quiere llevarse a esa mofa de oposición que tienen, perfecto, porque ellos también se han quedado sin empleo desde este mismo instante y aquí,… no pintan nada). Y si necesitan a un regente, también pueden disponer del que teníamos. Aquí ya no nos hacen falta gente sin ideas sino trabajadores con ganas de sacar adelante un país que entre todos,… han hundido en el más profundo lodazal que podíamos imaginar. ¡Se acabó el vivir del cuento!

 
 

LAS MADRES NO ENTIENDEN…



 

Las madres no entiende de vacíos legales, ni de irresponsabilidad subsidiaria, ni de pruebas in concluyentes.

 

Las madres no entienden de causas, ni juicios sin sentencia, ni de penas cumplidas, ni de la edad legal para juzgar, ni de abogados, ni de fiscales, ni de acusaciones particulares.

 

Las madres no entienden que si hay un muerto, el cadáver no aparezca, ni que se les diga “que se hace todo lo que está en su mano”, ni que “están a su servicio”, ni de palabras huecas que nunca dan consuelo.

 

Las madres no entienden las sepulturas desocupadas, ni de interrogatorios que no tienen fin, ni de respuestas que jamás se dan pese a la presión de la justicia, ni de silencios incómodos de los supuestos culpables, ni de suposición, ni de locura transitoria.

 

Las madres no entienden pero no porque no sean cultas, porque algunas no sepan leer o escribir.

 

Las madres no entienden no porque no hayan podido ir al colegio, o porque las clases fueran duras, o porque no les dejaran seguir estudiando.

 

Las madres no entienden porque son madres,… así de simple.

 

Las madres, hayan parido un hijo o no, el sentimiento lo tienen a flor de piel y cualquier causa que les arrebate ese ser de este mundo por el motivo que sea,… no puede ser entendido.

 

La vida tiene su ciclo pero no se puede pretender que una madre entienda la muerte de un hijo da igual el motivo.

 

Las madres no entienden como un semejante mata.

 

Las madres no entienden la vida sin la razón de su vivir.

 

Las madres no entienden la existencia sin su pequeño y al final, como hoy, acaban yéndose en su búsqueda.

 

MORALEJA: En la obra de teatro BODAS DE SANGRE de Federico García Lorca la madre dice: “Madre: Pero no es así. Se tarda mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de una derramada por el suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo llegué a ver a mi hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua. Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra empapada por ella.” Por eso las madres jamás podrán entender,… porque aman sobretodo y por encima de todo, la vida de sus hijos.

martes, 23 de abril de 2013

UNA PELEA ENTRE DOS HERMANOS (relato)



Era un día de verano muy caluroso. Manolo y Javier, dos hermanos del grupo de amigos de Sevilla, nos habían invitado a su casa a pasar un día de piscina  relajándonos tomando el sol en la piscina. Habían sido dos chicos muy agradables todo el verano. Habíamos salido todas las noches a dar una vuelta por Triana, a jugar al billar, a escuchar música mientras tomábamos una copa,… ¡¡¡ERAN MUY SIMPÁTICOS!!! Sólo se llevaban tres años uno con otro.

 

Llegué a su casa a las once la mañana y Manolo, el mayor, ya se había levantado y vino a abrirme la puerta de la cancela de la finca. Vivían en una enorme casa andaluza, rodeada de césped a un lado y con la piscina detrás de la entrada principal de la casa. En el otro lado había árboles que formaban como un pequeño refugio muy bonito con un lugar muy bello para disfrutar de la naturaleza. Yo llevaba el bikini debajo y una pequeña maleta porque esa noche iba a dormir allí y por si salíamos, me había traído algo más de vestir. Era temprano pero ya hacían cerca de los treinta grados.

 

-         ¿Nos damos un bañito?- me preguntó Manolo como intentando retarme.

 

Ni le respondí y sonriéndole, me saqué la camiseta de tirantes, los pantalones cortos y me quedé con un bikini blanco y azul marino muy sugerente. Me metí en la ducha y luego me tiré de cabeza a la piscina por la parte mas honda. El agua estaba fresquita. Mis pezones se pusieron duros enseguida, el bello se me erizo todo y al llegar a su altura, él ,que se había metido por lo menos hondo, me abrazo y me miró como diciendo que estaba loca por tirarme tan de golpe. Me sentó muy bien aquel abrazo. Era cálido, era dulce y también era cariñoso, tierno. Cuando entré en calor empecé a jugar con él en la piscina que si ahora te cojo y te meto la cabeza bajo el agua, que si no corras que será peor. Nadábamos de punta a punta retándonos y lo mismo buceando. El que llegaba primero elegía un castigo gracioso que siempre era tirarse de una forma rara a la piscina y sacar una foto para luego reírnos con los otros amigos.  

 

Javier se acercó a la piscina y saludo desde fuera. Yo salí y él me acercó la toalla. Le dí dos besos y le pregunté que si no se metía en la piscina. Había pasado una hora y media de juegos con Manolo y no me había dado cuenta. Me dijo que no, que tenía que preparar el gazpacho y la lechuga. Sonó en ese momento el timbre de la puerta y Manolo salió de la piscina para abrir a quien llamaba. Habían llegado Paco, Nando, Patricia, Paula, Ana, Marcos y Carlos. Ya estábamos todos. Javier entró en la cocina y yo le seguí. Le ayudé a preparar lo que faltaba para comer. Pusimos juntos la mesa. Javier era más reservado, más callado de Manolo. Apenas me dirigía la palabra pero no paraba de mirarme todo el rato como si fuera con admiración. Hubo un momento en que, al sentirme observada, se me resbaló el cuchillo de las manos y me corté. No era un corte profundo pero enseguida vino a ayudarme. Me llevó al cuarto de baño. Me pidió que me sentara y que no mirara la sangre para que no me mareara aunque creo que sino fuera porque quería demostrar que podía curarme, el que se hubiera caído en redondo al suelo hubiera sido él. Oíamos a los demás en el porche de la casa cuando sentimos que alguien entraba en la cocina y al ver la sangre,… gritaba mi nombre. Llegó al baño siguiendo unas pocas gotas que había en el suelo de sangre y Manolo corrió para curarme él. “No ha sido nada” le dije. Se veía mucha sangre pero era un corte pequeño. Él se enfureció con su hermano y empezó a chillarle como si me hubiera matado o algo peor. Javier, que nunca se había enfadado desde que le conocía, se enfrentó a su hermano. Sentí que iban a pelearse y me puse entre ambos. Los dos arremetían hacia adelante y notaba la presión de sus cuerpos y sus brazos por encima de la cabeza. Era una situación que me asustaba y me excitaba a partes iguales. Tener un hombre detrás y otro delante y sentir la presión de sus cuerpos contra el mío me incitó de forma escandalosa. Pero ellos seguían intentado no se que hasta que sentí la mano de Manolo darme una bofetada sin querer. Le miré asustada y corrí escaleras arriba al cuarto dónde había dejado mi pequeña maleta con mis cosas. Sentí que corrían los dos escaleras arriba asustados por mi cara. Yo había cogido la maleta y sólo quería irme corriendo de aquella casa. Manolo no paraba de pedirme perdón una y otra vez con la cara completamente desencajada. Javier me pedía que me quedara, que no me fuera así, que me tranquilizara. Javier me cogió por la espalda y me abrazo. Manolo hizo lo mismo por delante inmovilizándome los brazos sin querer. Me sentía arropada y feliz. Los amigos estaban en la piscina jugando y yo estaba entre dos hombres que me elevaban hasta el cielo con aquellos abrazos. Javier me giró la cara con una mano y me limpió una lágrima que había caído por mi mejilla. Le besé en los labios. Él se sorprendió. Luego me giré la cara para Manolo y le besé también. Ese beso les despejaron las dudas a los dos. Si tenía que elegir,… me quedaba con los dos. A ellos no les pareció mal y se sintieron aliviados. Empezaron a besarme uno por la nuca y otro por el cuello. Manolo me soltó un momento para cerrar la puerta y me dí la vuelta para sentir el pecho de Javier en mi pecho. Empecé a besarle con pasión y Manolo se acopló a mi espalda de forma magistral deslizando sus labios, sus besos por mi nuca, por mis hombros, por mi espalda. Javier me besaba el cuello, lamía el inicio de mi escote y sólo deseaba poder llegar a mis pechos. Manolo me quitó la parte de arriba del bikini mojado y Javier se quitó la camiseta. Empecé a besar el torso de Javier, lamiendo sus pezones mientras Manolo no paraba de acariciarme los pechos apretando su sexo protegido por el bañador contra mi trasero excitado. Me dí la vuelta para dedicar las mismas caricias en el torso de Manolo mientras sentía el sexo ardiente de su hermano dónde hace unos minutos estaba el suyo. Mientras Manolo me besaba, Javier me quitó la parte de debajo de bikini, se quitó su pantalón corto y ayudó a su hermano con su bañador. Los tres estábamos desnudos y yo podía sentir la virilidad de uno delante y la virilidad del otro detrás. Me besaron los dos y sentí como a la vez, con destreza y suavidad, se adentraba uno en mi sexo y el otro en mi trasero. Casi me muero de placer con el primer empujón de sus miembros al adentrarse en mí por primera vez tan bien coordinados. Se movían de forma suave al principio pero a la vez. Uno tenía las manos en mis caderas y el otro no paraba de aferrarse a mis pechos duros y excitados de forma muy sensual. Los movimientos iban en aumento y los gemidos de placer de los tres eran como una fuente inagotable de placer extremo. Me besaba uno entre gemido y gemido. Giraba la cabeza y me besaba el otro entre gemido y gemido. Yo no podía dejar de desear que no pararan, que siguieran dándome placer,… Sus bocas, sus manos, sus sexos duros adentrándose una y otra vez en mi sexo en mi culo me hacían llegar y enlazar mis orgasmos que cada vez eran más fuertes. Javier grito de placer y sentí un ardor tremendo que se adentraba en mí. A los pocos segundos el grito fue de Manolo que con un grito casi encadenado también me dio su ardor de macho. Yo grité al sentir ese tremendo último gran empujón y su calor. Estábamos de pie los tres y me abrazaron los dos para que nos recostáramos en la cama los tres. Besé la boca de Javier. Besé luego la de Manolo y me quedé dormida entre los dos. Cuando desperté creí que todo había sido un sueño muy erótico y placentero. No había nadie conmigo en el cuarto y se había hecho de noche. Entró Javier con una bandeja con zumo, galletas, frutos secos y café. Detrás Manolo con tres rosas: una roja, una blanca y otra amarilla. Ambos me sonrieron. Me besó Manolo con un beso largo y profundo. Luego me besó Javier con un beso profundo y ardiente. Se sentaron a mi lado y dejaron que comiera mientras no dejaban de deslizar las yemas de sus dedos por mi cuerpo que sólo tapaba una fina sábana blanca. ¡¡¡No era un sueño!!! Los otros ya se habían ido y lo que me hubiera parecido un sueño imposible, se convirtió en un mes increíble de una relación a tres que jamás podré olvidar. El placer extremo de la pasión llamó a nuestras puertas cada mañana, cada mediodía, cada noche, cada madrugada,… Le abrimos las puertas varias veces y nos dejamos llevar por el deseo. Nunca lo olvidaré y espero volver pronto con mis dos grandes amantes hermanos.

NORMAS PARA JUGAR A SER ADULTO (poema)


NORMAS PARA JUGAR A SER ADULTO

 

I

 

Corre allá, muy lejos.

Cuenta hasta mil.

Cierra tus ojos.

Empieza a caminar con

tus manos extendidas.

Investiga con el tacto al vacío.

Indaga con el apetito que empieza

a arder donde en silencio te esperan.

Examina con las ganas de palpar

un cuerpo que tiembla al sentirte.

 

Busca con la boca ese beso perdido

que no encontraste hasta hoy.

Busca con las ansias de hartar tu sed.

Busca con el cuerpo,

con la mente,

con el rubor de sus mejillas,

con la ternura de su roce

que te hace perder el norte

entre ardientes oscuridades.

Busca y será tuya.

Encuentra y saciaras

más que las ganas,

más que el deseo.

 

II

 

Mi juego va mas allá.

No pienso apartar la mirada de ti,

siempre fijos mis ojos en los tuyos.

No pienso tocarte.

Me acercaré a tu boca sin besarte.

Tendrás que soportar mi aliento cálido.

Te deleitarás que aguantar tenerme a

milímetros escasos de tu pico sin besar.

Te espanto cuando me alejo

un poco más de cinco centímetros.

Te asusto cuando me acerco de golpe.

Sólo nos separa un leve

aire que no es ni vacío.

¿Quién se estrellará primero contra los labios?

 ¿Quién perderá por ganar un simple beso?

 

III

Dos cuerpos desnudos.

La blanca pluma pinta

el cuerpo ansiando aspiración.

Se eriza la piel. Tiemblan las manos.

Apetito es el tercero en discordia,

 araña el alma,

muerde el labio palpitante,

devoraba la esencia de la naturaleza

carnal de la delectación.

Carne ardiendo hasta al punto

exacto en que Deseo tiene nombre propio.

Fundirse, ser, disfrutar.

¡Locura de la cordura!

Sensualidad a flor de piel.

Goce del goce hasta la extenuación.

Tú y yo. ¡Solos los dos!

domingo, 21 de abril de 2013

ESCRACHES VS. COBRADORES DEL FRAC



 

Alguien te sigue y te molesta. Alguien está en la puerta de tu casa y te molesta. Vas a cenar, o a comprar, o dar un paseo y te molestan. ¡Siempre son los mismos! ¿Qué pasa? 

 

Se pueden llamar escraches o pueden llamar cobradores del frac. Los dos cumplen una función importante. Uno, los escraches, cumple una función social contra una deuda que  se han adquirido con el pueblo, ya sean ministros, alcaldes, etc., y que no se ha cumplido. Los otros, los cobradores del frac, cumplen una función empresarial contra una deuda que se ha adquirido con una persona jurídica o física y  el contrayente, no se ha hecho cargo de saldar lo subscrito.

 

Para muchos, cada vez más por desgracia, son un incordio. Pero las deudas adquiridas son deudas. Aceptarlas y pagarlas es la mejor solución para acabar con la situación incomoda que significa tener la suficiente inteligencia de no escurrir el bulto, cuando algo no se cumple (pero claro, esto sólo sirve para los que tiene dignidad, conciencia o simplemente, sentido del ridículo).

 

¿Los insultos? ¿Los desprecios? ¿Los golpes? Existen, no vamos a negarlo, pero no por parte de los que reclaman lo que se les adeuda sino por los deudores que, frente a la verdad día tras día tras día, se sienten faltos de herramientas para enfrentarse con la prueba constante de una mala gestión, un tanto incómoda dicho sea de paso, pero única y más real que la propia realidad vivida.

 

La solución suele ser fácil. El orgullo, la falta de sensibilidad, la chulería, hacen que lo sencillo se convierta en una lucha “televisiva” a veces que quiere hacer competencia directa con otros realitis que sinceramente, tienen más veteranía dentro de la caja tonta. Aquellos que intentan rivalizar con los “grandes hermanos” televisivos, se olvidan en sus charlas ante las cámaras, que aquello es un concurso y lo que ellos hacen y dicen, forma parte de una vida que empieza a ser no embarazosa sino preñada de falta de conocimiento y de falta de responsabilidad latente por un gobierno, estatal, municipal, comarcal, etc., que da realmente asco.

 

MORALEJA: Joan Manuel Serrat en su canción Sinceramente tuyo decía: NUNCA ES TRISTE LA VERDAD, LO QUE NO TIENE ES REMEDIO.

sábado, 20 de abril de 2013

CON RUEDAS, SIN FRENOS Y CUESTA ABAJO



 

Una silla de ruedas. Una mujer con movilidad reducida. Una farmacéutica sin sentido de empatía, con sentido nulo de lo obvio, con un tratamiento nada correcto, con unas maneras poco sociables. Y por último yo.

 

Hace ya un tiempo que la señora Dionisia (no se llama así pero creo que, en este caso, es mejor que los nombres sean sustituidos. Basta con nombrar el pecado y no al pecador) necesita en su día a día, una silla de ruedas para desplazarse. Su movilidad es reducida y su enfermedad degenerativa afecta principalmente a sus piernas. Pese a eso, su fuerza y valentía, la ayuda en su vida y mediante la silla de ruedas, el andador (que no siempre puede coger) y la voluntaria fortaleza, puede llevar una vida casi del todo normal.

 

Hace ya medio año, la silla de ruedas no frenaba del todo bien. Fue llevada a la farmacia donde se compró donde les prestaron una silla de cortesía para poder llevar esa vida corriente que os decía antes. Aquella vez fue una de las hijas de Dionisia quien llevo la silla.

 

Hace apenas varias semanas atrás (cuatro o cinco) la silla empezó a funcionar otra vez mal a nivel de frenos (su problema anterior había sido ese). El marido de Dionisia, Ramón, apretó los tornillos pensando que el problema estaba ahí (no se arregló el asunto pero se moderó un poco).

 

El asunto se empezó a poner peliagudo cuando dejó de frenar completamente estando los frenos absolutamente frenados. Había que colocar la silla apoyada siempre contra algo fuerte (tabique, coche, pared,…) o disponer de otra persona fuerte que aguantara la silla  para que no se desplazara y no siempre era posible. La hija, volvió a hablar con la farmacéutica, Elisa, y le dijo que cuando a mi me fuera bien, podía llevar la silla.

 

Hoy, 20 de abril, he llevado, acompañada de Dionisia, la silla a la farmacia. He entrado. No había nadie. Al poco tiempo Elisa ha aparecido. Me identifiqué. Me dijo que dejara la silla. Dionisia estaba sentada encima (recordar lo de la movilidad reducida). Al decirle que si me dejaba una silla de cortesía sí que se la podía dejar, me ha mirado con cara de pocos amigos, realmente enfadada por la petición y ha llamado a su “pareja” para que bajara una silla de alquiler que tienen varias a disposición allí en la farmacia. No me podía creer lo que estaba viendo. Había entrado con una mujer sentada en una silla de ruedas, ella, Elisa, ya sabía con antelación los problemas que tiene de enfermedad la mujer y los problemas que acarrea el no disponer de un “vehículo” de trasporte para poder moverla de aquí a allí y pese a todo eso, se enfada no se cabrea por pedirle una silla para poder llevármela. Entonces,… ¿Cómo se pensaba que me iba a llevar a Dionisia? ¿A la sillita de la reina a cuesta? Una mujer que vende artículos de ortopédicos a diario, que tiene que tener un poco de sentido común por bandera, empatía porque trabaja con personas que tienen enfermedades que requieren de su ayuda (aunque solo sea para la venta), me ve entrar por la puerta con una mujer sentada en la silla de ruedas y me dice,… ¡¡¡YA PUEDES DEJARMELA!!!

 

MORALEJA: Inconcebible hasta donde llega la estupidez humana, sobretodo, cuando esa estupidez, llega acompañada de enfado, irá sin sentido, falta de sentido común, falta de respeto por el prójimo sin importar quien sea ese prójimo.