miércoles, 27 de marzo de 2013

UNA NUEVA EMOCIÓN REDESCUBIERTA


 

 

Hay momentos en la vida sencillos, tiernos y dulces. Cuando los vives crees que no han estado hecho para ti, para disfrutarlos pero sin saber como o porque,… has formado parte de ellos.

 

Hoy he tenido la enorme suerte de disfrutar de la belleza de ese instante por completo. Y he podido gozar de una nueva emoción redescubierta: la ternura de la risa de los más pequeños.

 

El día nació lluvioso, grisáceo, tristón y algo lúgubre. Pronto la luz de la inocencia invadió mi comedor chiquito y mi casa humilde: dos preciosas niñas, sobrinas pese a la sangre, iban a pasar el día conmigo. ¿Se puede pedir algo más?

 

Después de un paseo por una librería, de pasear contemplando las novedades del verano en ropa de chica, de visitar a los abuelos y comer con ellos, hemos decidido ir al cine. La sala era grande y estaba llena, repleta de padres, tíos, sobrinos con niños.

 

La película ha empezado y las risas tímidas empezaban a esparcirse por toda la sala. Al cabo de un rato, las carcajadas ya no eran miedosas sino que rebotaban contra las paredes de la enorme sala para hacer de esta un lugar casi místico de sencillez, ternura y felicidad completa.

 

En aquella sala no existía la palabra prima de riesgo, ni la palabra rescate, ni troika, ni la quita, ni evasión de fortunas, ni impago de impuestos, ni farmacias desahuciadas, ni pisos condenados al embargo, ni frío, ni soledad, ni desamparo,… nada que hiciera que las sonrisa de los niños y niñas, que es de una bellaza sin igual, fuera truncada por estúpidos asuntos de adultos que tienen sólo de mayor la edad y no la inteligencia, ni el ingenio.

 

En aquel momento recordé la frase que dice: La vida cabe en un instante. Y la sentí cobrar una fuerza pasmosa que me sonrojo, hizo acelerar mi corazón y me dio una alegría que hizo que se derramara por mi mirada.

 

Pensé,… si la vida cabe en un instante y es tan INMENSAMENTE AGRACIADO COMO EL QUE ESTABA VIVIENDO, bien valía la vida, pese a todo, ser vivida por ese momento hermosísimo.

 

MORALEJA: Los mundos no son pequeños son las personas que los piensan los pequeños de mente.

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