sábado, 22 de octubre de 2011

GRACIAS A LARGO PLAZO

Ayer me solicitaron una información unos compañeros de trabajo, algo trivial y sin importancia extrema que digamos. Mi repuesta fue rápida y acertada (no siempre es rápida pero siempre intenta ser acertada). Uno de los compañeros me dio las gracia en nombre del otro (el otro era su responsable) y el otro dijo que no me las daba aún porque ya me las daría después. Han pasado más de doce horas desde que di mi respuesta y hasta ahora no he recibido ningún simple gracias por su parte. ¿Será un GRACIAS a largo plazo?
 
En época de crisis, una crisis de las gordas, supongo que todo tiene un precio, un tiempo, una comisión. Si ese gracias no ha llegado aún porque es a largo plazo significa que cuando llegue vendrá con intereses (bajos que estamos en crisis), pero no como no se estableció ni el plazo, ni el interés, ni las comisiones de apertura, cierre y demás supongo que cuando me lo digan, vete tu a saber cuando, me sonara como uno de corto plazo o peor aún porque llega tarde y sin sentido.
 
Si las gracias por cosas triviales tardan tanto en llegar,… ¿Cuánto costara que llegue un abrazo? ¿Cuánto que llegue una caricia? ¿Cuánto costara que llegue un beso? ¿Cuánto constará que llegue un “te extraño”? ¿Cuánto costará que llegue un “te quiero”?
 
Al precio que estoy pagando por mi espera supongo que para mi un abrazo se cotiza a un cinco por ciento de interés a un año y medio vista. La caricia como mínimo a un diez por ciento de interés fijo a cinco años. El beso es algo que se cotiza demasiado caro para mí, que no está a mi alcance ya que eso sería con una inversión desmesurada que no puedo ni siquiera llegar a imaginar invertir aunque fuera por un beso enorme y dulce. Al “te extraño” ya ni sueño. Al “te quiero” ya ni no soñar sería una opción.
 
En época de crisis no tendría que haber GRACIAS a largo plazo sino inmediatos. Los abrazos tendrían que ser diarios pero jamás obligados. Las caricias dulces y siempre que se quisiera. Los besos tímidos, dulces, muy cariñosos. Los “TE EXTRAÑO” tendrían que ser casi inevitables en el día a día. Los “TE QUIERO” tendrían que ser una necesidad incontrolable que no puedes contener ni en los labios.
 
En época de crisis no se puede poner precio al cariño, ni a la comprensión, ni al respeto por los demás. Hay que caminar por la calle mas a menudo y ver no escaparates sino como los seres humanos caminan, se mueve, hablan, se miran, necesitan el contacto de una mirada afable acompañada de una sonrisa, un apretón de manos si es un conocido o nos saluda porque si,… y sobretodo no tener miedo a dar dos besos, a abrazarse, a decirse “cuanto te he echado de menos”, a decirse “tenía muchas ganas de verte”, a decirse “me has alegrado el día”,… No sólo son palabras. Cuando el corazón está dispuesto a hablar las palabras son caricias que pueden ayudar a otra persona a sentirse mejor durante unos momentos.
 
¡No quiero respuestas a largo plazo! Si lo sientes porque estás vivo, por que la sangre te corre por las venas, porque tienes el enorme privilegio de tener personas que te hablan, que te miran, que te ven, que están ahí,… dilo en su momento. Quizás luego ya sea demasiado tarde.

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